tag:blogger.com,1999:blog-57986740213518724362024-02-07T21:28:15.882-03:00Mate con cremonaUn espacio para reflexionar, opinar y cometar sobre las noticias y las cosas que nos pasan.Entre mates y cremonas, la amistad se hace más firmeMate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.comBlogger22125tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-18806038688760026542011-07-17T12:31:00.006-03:002011-07-17T20:16:53.707-03:00La Selección, ¿da asco?<span class="Apple-style-span"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7GhP-5Ux1blSaXvo-3KLbpzhgahLk4ts-UIoFbEwf771KHlqRZSDY1FKK-wustaXM27SmDmEUmhWoU4laZEYCghExmGDcUPqGjp6MRDyd8qhtB9EqW5Cp9B2KFOoV0ZrCWt5suv2ujzQ/s1600/Argentina.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 180px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7GhP-5Ux1blSaXvo-3KLbpzhgahLk4ts-UIoFbEwf771KHlqRZSDY1FKK-wustaXM27SmDmEUmhWoU4laZEYCghExmGDcUPqGjp6MRDyd8qhtB9EqW5Cp9B2KFOoV0ZrCWt5suv2ujzQ/s320/Argentina.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5630374299109063906" /></a><br /><span class="Apple-style-span"><b>La Selección no esta muerta. Pero agoniza. Hace ya varios años que se encuentra en un estado vegetativo que plantea esperanzas que se deshilachan patéticamente una y otra vez. Es un coma inducido por errores sucesivos que se superponen. Remedios que enferman, curas "milagrosas" que más tarde resultan inexplicables y generan una pregunta recurrente: "¿ A quién se le ocurrió que...?" Y nunca hay respuesta. El fracaso no tiene padres.</b></span></span><div><span class="Apple-style-span"><b>Argentina viene haciendo "sapo" en el ámbito internacional desde 1993. En ese lapso participó de todos los Mundiales y de todas las Copa América a excepción de la de Colombia en 2007 cuando (por la "sensación de inseguridad" que se vivía en tierra cafetera, no se concurrió). En estos 28 años no hubo ni una vuelta olímpica. Desfilaron varios técnicos (Basile, Passarella, Bielsa, Pekerman, Basile de nuevo, Maradona, Barista) y cientos de jugadores. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>¿Resultados? Nos volvimos en la primera ronda del Mundial Corea-Japón del 2002, jugamos dos finales de Copa América -ambas perdidas ante Brasil-, Bolivia nos goleó 6-1 en la última eliminatoria y Alemania nos despachó con un sonoro 4-0 de Sudáfrica 2010. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b>En varios de estos ciclos estuvieron Verón, Riquelme, Ayala, Zanetti, Samuel, Mascherano, Carrizo, Agüero, Tevez, Palermo, Sorín, Abbondancieri y Messi por nombrar de los más exitosos de los últimos tiempos. Exitosos en sus clubes. ¿Intocables allí? Puede ser. ¿Indiscutibles allá? Puede ser. </b></span><span class="Apple-style-span">Acá no.</span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>Nadie es (nadie debería ser) intocable o indiscutible en la Selección Argentina. Y menos luego de ser eliminado en el cuarto partido de una Copa América organizada en el país, con el apoyo local de los hinchas, con el plantel completo de jugadores que el técnico quería y con el tiempo de entrenamiento que el mismo DT solicitaba. Desde este costado todo es cuestionable y todos podemos cuestionar. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>Empecemos por Sergio Batista. Hay una larga cola de críticos para el "Checho". El entrenador perdió el rumbo muy pronto. Más precisamente unos días antes de arrancar la Copa América cuando sostuvo que Carlos Tevez no estaba en sus planes y después no solo lo terminó convocando sino que le dio lugar en el once titular. Tevez desentonó como la mayoría de sus compañeros y acabó poniéndole la lápida a Argentina en el torneo al fallar su tiro penal en la definición ante Uruguay. Claro, la "culpa" de esta contradicción no va a ser de los hinchas que pidieron por el "Apache". La carga Batista, obvio. ¿Otra muestra de desconcierto?. El entrenador empezó creyendo en Messi como delantero, pero tras los dos empates iniciales, acabó dándole rol de armador para meter a Gonzalo Higuaín en cancha. Da para pensar si es Batista o no quien toma decisiones tan opuestas en el margen de días después de sostenerlas como valores intocables durante sus ruedas de prensa.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>Otra cosa que habría que preguntarle a Batista es ¿para que se arman partidos con una Selección "local" si luego solo se convocan a Carrizo -del descendido River, y con actuaciones no muy meritorias- y a Marcos Rojo -"culpado" tácitamente por el empate ante Bolivia y "borrado" del equipo titular desde entonces?. ¿No había lugar en este equipo para Diego Valeri (desafectado de la lista final sobre la hora), Juan Manuel Martínez, Federico Fernández, Enzo Pérez, Paulo Ferrari, Silvio Romero, Mauricio Sperdutti, Facundo Parra... Si, si. Ya sé. Cuando pasan estas cosas, los que no juegan son mejores que los que jugaron. Pero, honestamente, ¿no se podía probar? ¿Era mas complicado para Parra que para Lavezzi meterle un gol a Bolivia? ¿No podía el "Burrito" Martínez desbordar a los costarricenses? ¿Ferrari no habría aportado algún desborde por su lateral ante Uruguay? ¿Valeri no podría haber jugado de igual a igual contra los colombianos?</b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>Y ya que estamos con los jugadores... ¿No hay un marcador de punta que pueda jugar en lugar de Javier Zanetti? ¿No es hora de relegar a Javier Mascherano? ¿Porque Argentina juega con una dupla central (Nicolás Burdisso-Gabriel Milito) que alimenta las esperanzas rivales generando infracciones innecesarias y toscas? ¿Quién le metió en la cabeza a Angel Di María que al futbol hay que jugar rápido, sin pausa y sin pensar? Es hora de cambiar sin que esto signifique el comienzo de una etapa polémica o una crisis. Debe iniciarse ya un proceso natural de renovación. Con los nombrados, y algunos otros, ya se probó que Argentina no va a ningún lado. Hace falta una nueva base. Está ya tiene carcomidos los cimientos de la confianza. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>Si sigue o no Batista es la primera clave. Ya se oyen reclamos y nombres para sucederlo: Carlos Bianchi va de nuevo al tope. Alejandro Sabella, Ramón Díaz, Américo Gallego, Edgardo Bauza... La lista de siempre, con algunos nombres nuevos. Pero el paso siguiente para lo que viene es cambiar. De a poco si se quiere. pero cambiar. En diciembre no pueden haber en la formación titular siete jugadores que hayan arrancado el partido del sábado ante Uruguay. Si eso pasa, seguiremos mal.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>Quiero terminar hablando de Messi. No creo que sea justo caerle a él como exclusivo responsable en el contexto de un equipo que no funciona. Pero, sin dudas, tiene su cuota-parte en este fracaso. Haber brillado contra una imberbe selección de Costa Rica no disculpa su apatía ante Colombia ni su opaca actuación en el debut ante los bolivianos. El primer tiempo contra Uruguay debe haber sido de lo mejor que hizo con la camiseta celeste y blanca. Pero después volvió a lo de siempre. ¿Y qué es lo de siempre? La tozudez de querer gambetear él solo a todos los rivales, al árbitro y sus asistentes, a los reporteros gráficos y a los que están en la Platea Baja Sur. No se puede, nene. Sudamérica no es Europa. Acá no hay tantas concesiones en la marca. En algún momento un rival se planta como una columna de alumbrado y adiós slalom. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>Messi tampoco tiene la culpa del periodismo que lo señala como la gran figura, pero le disculpa errores descargándolos en los otros. Esa condición de Messi-dependientes, este periodismo militante que lo enfoca permanentemente o destaca detalles absurdos acerca de él, ha empezado a generar una ola de rechazo que termina descargándose en el rosarino. ¿Un ejemplo?. En determinado momento de la transmisión por Telefe del partido ante Uruguay, Marcelo Benedetto intervino desde el campo de juego con tono apremiante: "¡Pidió agua!" Fernando Niembro, con tono cándido (tal vez sospechando la respuesta) dio el pie: "¿Quién?" "¡Messi. Pidió una botella de agua porque tenía la boca seca", remató exultante el periodista al borde de la cancha. En fin... Esto no ayuda. Tampoco agrega nada al desbarajuste en que las selección parece metida. Pero si la discusión por Messi se queda en si canta el himno o si estuvo bien que se sacase una foto con la camiseta española, también estamos perdidos. La discusión debe ser, de una vez por todas, ¿sirve que Messi venga a jugar a un equipo en el que no encuentra lugar? Porque el fondo de la cuestión es esa: ¿dónde ponerlo? ¿Adelante? ¿a la izquierda? ¿Como "10" clásico? Perdonen pero necesito agregar una reflexión: cuando Maradona jugaba nadie tenía dudas del lugar en la cancha que debía ocupar. Después, por ahí no jugaba bien o Argentina perdía. Pero sabíamos dónde estaba Diego en cancha. Con Messi todavía estamos buscando donde ponerlo, con quien ponerlo... ¡Basta, viejo! ¿Hasta cuándo? ¿Por qué no armar el equipo, hacerlo rodar un año y después incluirlo? ¿Cuál sería el problema?</b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>Argentina tiene que trabajar de cara al Mundial de Brasil 2014. Para eso están las eliminatorias. Hay cinco plazas y aunque los brasileños van a jugarla, ellos ya están clasificados. Uruguay, Chile y Paraguay deberían lograr su lugar. Perú y Colombia buscarán otra plaza y Venezuela intentará clasificar por primera vez. ¿Argentina? No debería tener problemas, pero yendo por este camino de confusiones y contradicciones todo es posible. Basta recordar la trémula clasificación para el Mundial pasado.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span"><b>La Selección no "da asco", pero no gusta. Está enferma. Comatosa. En estado vegetativo. Hay remedios para curarla y tratamientos para despertarla. Pero hay que empezar ya, Ahora. E ir profundo. Aunque duela. Porque "si 20 años no es nada", 18 deambulando sin rumbo y sin ganar algo si que es mucho. Demasiado. </b></span></div><div><br /></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-27702486877536464202011-06-18T10:28:00.016-03:002011-10-30T17:19:06.261-03:00Queridos Hijos...<span style="font-style:italic;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw6eNpidLHuTvNPeT4lid8Uqyo4AAvL00k947MaqMgxPUs19MoPEm3m_UDpM4V4QYh2X5dJN8g9XxXctNXJ2G2WFmzDben3yy3IojeXPw15p7dn1N2mXGruGgsMytMKfLPeLNS2azKRiE/s1600/Papa+1.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 218px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw6eNpidLHuTvNPeT4lid8Uqyo4AAvL00k947MaqMgxPUs19MoPEm3m_UDpM4V4QYh2X5dJN8g9XxXctNXJ2G2WFmzDben3yy3IojeXPw15p7dn1N2mXGruGgsMytMKfLPeLNS2azKRiE/s320/Papa+1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5619600395697162226" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><b><br /><br />De mi mayor consideración:<br />¿Han conocido alguna vez a alguna persona que pueda ser superhéroe y villano al mismo tiempo? ¿O a alguien cuyas decisiones siempre parezcan equivocadas e injustas? ¿Saben el nombre de un tipo que se preocupe en las horas previas de un examen en el que él no va a ser el examinado? ¿O que se levante corriendo a ver quién tose en la habitación de al lado? ¿Conocen a quién siempre pone el rollo nuevo de papel higiénico en el baño? ¿Tienen idea de quién es el que pregunta si llevan las llaves, el celular, las monedas, etc. etc, etc, cuando van a salir? ¿Lo conocen? No, no. No lo van a encontrar en Google, porque no hay manera de describirlo con precisión.<br />Esa persona se llama... papá.<br />Soy yo.<br />Y soy el malo más malo y el bueno más bueno de sus vidas, por lo menos hasta que conozcan a su esposo/esposa o tengan un jefe en el trabajo.<br />Siempre me sorprendió que el imbatible Darth Vader se aflojará tanto ante Luke Skywalker y le confesará que era su padre justo cuando estaba por tirarlo a un abismo insondable. ¿Por qué ese hombre enorme, oscuro y medio asmático se quiso complicar la vida de tal manera? ¿No era feliz conquistando planetas y destruyendo civilizaciones? Parece que no. Le faltaba algo en la vida.<br />Claro que el bueno de Darth se salteó la época de cambiar pañales pegajosos (y de ser puntualmente orinado por sus hijos varones), o de entrar en negocios de vestiditos para tartamudear pidiendo por talles o colores ante vendedoras de sonrisa complaciente, ni le tocó asistir a las melosas reuniones de padres de Salita Naranja en donde todos los hijos son estupendos, inteligentes y emprendedores, y los papis y mamis lucen estupendos, inteligentes y emprendedores... mientras intentan disimular arrugas y ojeras adquiridas en los años recientes por culpa del poco y mal dormir.<br />Y sin embargo, con el sable láser desenvainado ante el indefenso Luke, el imponente dueño de la Estrella de la Muerte jadeó lastimosamente "I am your father"<br />¡Qué momento!<br />¡Pobre tipo!<br />Bueno, nada, qué se le va a hacer... Lo que yo quería decir en esta carta era que un padre está siempre donde tiene que estar. O lo intenta. Por ejemplo: yo hice la primaria y la secundaria. Y ustedes, mis dos hijos, hicieron la primaria y yo estuve ahí para acompañarlos. Ls suma indica sencillamente que yo pase tres veces por ese lugar infectado de polvo de tiza y aroma a cafe con leche. Y que ya complete otra secundaria "extra" y estoy cursando la tercera. Y que quizás vaya a la Facultad, o haga un curso de depilación española (agghhh), o empiece a trabajar como repositor en un "super" o de "telemarketer", o vaya a saber de qué cosa. ¿Entineden? Lo que ustedes hagan lo voy a hacer yo también. ¿Por qué? Bueno, el señor Spiderman lo definió muy bien: "Un gran poder conlleva una bendición y una maldición". O algo por el estilo (y no me iban a pedir que pusiera la frase en ingles como la de Darth Vader, ¿no?). Y mi poder es estar al lado de ustedes. Siempre. Los padres, estimados hijos, hacemos lo que ustedes hacen. Es nuestra bendición. Y nuestra maldición.<br />Jugamos con plastilina viendo como nuestros muñequitos se doblan al medio hasta acabar besándose los pies; repasamos mil veces como dividir con decimales sin usar una calculadora: nos reencontramos con las fechas de las batalla de Chacabuco, el Cruce de Los Andes y el Día de la Raza (ahora es el de la Diversidad Cultural, pero como yo compraba Anteojito hace cuarenta años me quedo con el nombre viejo, perdón)<br />Los papás -varones- corremos con la desventaja de no tenerlos en nuestra panza nueve meses, no podemos parirlos ni darles la teta. No hacemos nada de eso. Al menos hasta esta mañana no se podía, pero la ciencia avnza tanto que...<br />Entonces, para compensar esta carencia, abrimos un portal mágico (pronunciando las célebres palabras del "Pato" Carret: "Ventanuska, magicuska, dibujaska") y volvemos a ser chicos con ustedes. Y arrancamos de vuelta desde abajo. Jardín, primer grado, segundo, tercero... séptimo, primer año, segundo... Volvemos a leer historietas, miramos dibujitos y nos aprendemos todos los códigos secretos. Por eso adoptamos a Bombón, Burbuja y Bellota, sabemos quién es Calamardo, nos volvemos a reír cuando Moe le pasa el serrucho por el cuello a Curly y hasta nos bancamos hacer una cola kilometrica para ver una versión de La Bella Durmiente en 3D. Lo hacemos porque ustedes lo necesitan.<br />¿Y saben qué? De a poco vamos descubriendo que nosotros también lo necesitamos. Es cuando sentimos que sube un alerta interno si vemos que están por empezar Los Padrinos Mágicos y todavía no terminamos de acomodarnos para almorzar. O nos llenamos de júbilo al enterarnos que estrenan otra parte de la saga de Harry Potter. Y nos explota el corazón cuando descubrimos que hay un juego para PC en el que Cenicienta lucha contra zombies en un planeta de lava mientras escapa de Depredador y va en busca de una Poquebola que le permita activar la Batiseñal para llamar a Naruto. ¿Captan la idea? Ustedes van creciendo, se van formando y nosotros estamos al lado, en la banquina de sus vidas. Envejecemos con ustedes, pero a la vez nos rejuvenecemos.<br />Seguramente cuando uno se acerca a los 50 años empieza a considerar cosas que no hubiese hecho o que hubiera encarado de otra manera. En mi caso, seguramente hubiera elegido la misma profesión, el mismo corte de pelo setentoso (jaja), la misma ropa para vestirme, los mismos gustos en comida, libros... ¿Y ser padre? Si, también. No hubiese cambiado eso. No lo cambiaría.<br />Ha sido (y es) una experiencia que me permitió retroceder en el tiempo sin ayuda de un costoso DeLorean hasta alcanzarlos, tomarlos de la mano y empezar a subir por la escalerita de la vida otra vez. Plastilina, cuentas, principales ríos de Europa, secundaria...<br />Quizás ahora que escribí esto empiezo a entender un poco a Darth Vader. Aquel tipo despótico, cruel, inflexible, maligno, canalla, traidor, vil, temible, poderoso y manipulador era un Padre de Alma. Como el que todos soñamos ser.<br /><br />Con afecto<br /><br />Papá<br /><br />PD: A ver si alguno se acuerda de cambiar el rollo de papel en el baño, por favor. ¿O tengo que hacerlo siempre yo?</b></span></span><span style="font-weight:bold;"></span></span>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-58346152327566035652011-05-05T08:56:00.005-03:002011-05-05T10:50:10.457-03:00INVENTOS PARA TODOS<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIfic355-XXAEM4vHmwJ3X0SQZcbQHE9iFKhCP8k7tYr57ii-NwHhbwkWcYmXsgz7l1syrqNecdShyaR2frAr7A7PmPs5G21hPkt5mBr4J7atMHxIWBkmmbCZ9mGR5xDh6FmuPoxq6Cfs/s1600/Inventos+2.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 144px; height: 176px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIfic355-XXAEM4vHmwJ3X0SQZcbQHE9iFKhCP8k7tYr57ii-NwHhbwkWcYmXsgz7l1syrqNecdShyaR2frAr7A7PmPs5G21hPkt5mBr4J7atMHxIWBkmmbCZ9mGR5xDh6FmuPoxq6Cfs/s320/Inventos+2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5603223693941486002" /></a><br /><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">N</span><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span">o es fácil vivir en Argentina... Bueno, en el resto del mundo tampoco. Pero nosotros estamos acá y entonces nos parece que las dificultades caseras son peores que las del resto del planeta. Somos así. Los mejores. Y con los mejores (y más grandes) problemas.</span></span></span></b></span></span></span><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span">Es por eso que necesitamos mejorar nuestra calidad de vida para volverla más tolerable a estos padecimientos cotidianos que nos torturan. ¿Y cómo hacerlo? Con ayuda de la ciencia. Los científicos argentinos están trabajando para que tengamos una vida feliz, libre de inconvenientes, en la que los obstáculos del día a día sean salvados con eficacia. Para ello han desarrollado estos dispositivos que muy pronto saldrán a la venta en el flamante programa "Ciencia para todos". Pasen y vean, pues...</span></span></span></b></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></span></span></b></span></span></span></div><div><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><i>El Piquetometro</i>: Antes nos levantábamos preocupados por saber la temperatura, si iba a llover o si hacía frio. Ahora nuestras cuitas pasan por averigüar si alguna movilización convertirá en un caos el tránsito en la zona de Congreso, o si un grupo de gente está quemando neumáticos en medio de la Panamericana, o si la terminal de omnibus de Ascochinga está bloqueada. La solución ya está inventada: El Piquetometro. Este aparato se conecta al televisor y va recolectando la información de todos los "bolonquis" gremiales, sociales y educativos que se producen minuto a minuto. Gracias a su original software puede procesar el grado de conflictividad de cada situación y establece probabilidades acerca de medidas de fuerza a tomar. Por ejemplo: "Alerta en subtes. Podrían parar todas las líneas de 14 a 18" o "Trabajadores de una fabrica cortarían la ruta 8 desde el mediodía" o "Aumenta la posibilidad de una toma en la Escuela Nª 878". De esta manera un rápido vistazo a nuestro Piquetometro nos permitiría saber a cuántas cuadras de nuestro destino nos va dejar el colectivo o si hace falta llevar el buzo antiflama para viajar en el tren. ¿Un inconveniente? La entrega de Piquetómetros está demorada por un reclamo salarial.</span></span></span></b></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"> </span></span></span></b></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></span></span></b></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><i>Anteojos de PBC:</i> No, no. No hay un error ortográfico porque no hablamos del material conocido como PVC. Sino que se trata de anteojos de PBC (Precios Bajos Constantes). Estos lentes sirven para usarse cuando uno va de compras al supermercado. Mediante un ingenioso (y secreto) tratamiento, los precios altos se filtran en sus cristales y son notoriamente reducidos. De esta manera nadie tendrá necesidad de ir hasta el Mercado Central para comprar las baratas milanesas que se consumen en la Casa Rosada. En la carnicería de la otra cuadra, señora, usted encontrará el mismo precio... siempre y cuando use los Anteojos de PBC. Además, cuando pague, usted "verá" que esta abonando con billetes de 2 y 10 pesos y no con 50 o 100. Es decir: aunque la compra sume 387 pesitos, le parecerá haber abonado apenas 27. Recomendación: No los use cuando cobra el sueldo o la jubilación.</span></span></span></b></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></span></span></b></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><i>Es-Ta-Fa:</i> Caso 1: Llegamos a la oficina y encaramos al grupo de compañeros que están charlando animadamente (suponemos) acerca del último gol de Messi. Pero no. Hablan de Cristián U. "¿Quién es? ¿El que va a reemplazar a Falcioni?", pensamos mientras intentamos escondernos detrás de la máquina de café. Caso 2: Nos encontramos con una amiga y lo primero que nos pregunta es si vimos lo que le paso al flamante marido de Karina Jelinek. El alma se nos va al piso. Cualquier expectativa de "ser más que amigos" empieza a derrumbarse. Para eso llego Es-Ta-Fa (Escandaletes-Talentudos-Famosoides). Este aparatito se conecta a la PC y va cargándose con toda la información sobre mediáticos, cholulos, modeliitos, actrices veteranas en decadencia, infidelidades, amoríos escabrosos y cuanto reality ande dando vuelta. Después solo habrá que insertarse el dispositivo en la nuca (duele, si... pero vale la pena) y de inmediato toda esta banal información será descargada en las zonas libres de nuestro cerebro. Semejante caudal nos permitirá hablar de Gran Hermano, Bailando por un Sueño, Talento Argentino, Intrusos, In Fama, y cualquier otra cholulada como si nos interesase realmente. Contraindicación: El uso habitual puede generar adicción y efectos secundarios nocivos como babeo y sonrisa bobalicona permanente. </span></span></span></b></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></span></span></b></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><i>Trductr d msm adlsctes:</i> ¿Faltan letras? ¿Esta escrito en yugoslavo? No. Nada que ver. Es el Traductor de Mensajitos Adolescentes. Un dispositivo ideal para quienes tienen hijos con los que se comunican vía celular durante el día. "T Kiero" "M vy al Cne c Maru", Regamel potus. Salu2", son algunos de los mensajitos habituales. Para no generar dudas y evitar tener que repreguntar tres veces que nos quieren decir, se emplea este aparatito capaz de leer y poner en castellano las más exóticas frases. ¿Problemas? Algunos se traban ante definiciones como "XD" o ":)"</span></span></span></b></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></span></span></b></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-style-span">Si pese a estos inventos argentinos nuestra vida sigue siendo miserable... es porque nos gusta quejarnos de todo.</span></span></span></b></span></span></span></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-40769822179380603112011-03-12T10:13:00.004-03:002011-03-12T11:09:05.153-03:00MIS FRASES FAVORITAS<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi60GglvLXdegA9rA6KMA1x4-WIAdvzABiQebCEsBQuxGCAnxVpcW1t54NSA-efoXMxfX_901ry9NR9kPB8bLX1LsBcvEfXNrBj_HXvIuJOij8oMuJSO7PtitKVVMjCmTIMRyrla_5DXV4/s1600/Libros.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 259px; height: 194px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi60GglvLXdegA9rA6KMA1x4-WIAdvzABiQebCEsBQuxGCAnxVpcW1t54NSA-efoXMxfX_901ry9NR9kPB8bLX1LsBcvEfXNrBj_HXvIuJOij8oMuJSO7PtitKVVMjCmTIMRyrla_5DXV4/s320/Libros.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5583195202920702946" /></a><br /><span class="Apple-style-span" ><b>Siempre fui una rata de biblioteca. O de archivo.</b></span><div><span class="Apple-style-span" ><b>Mi pasión por leer es bien conocida por la mayoría de ustedes. Por eso ni hace falta decirles que el terror, lo policial y la ciencia ficción figuran en el podio de mis preferencias. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>De todos modos mi "locura" por la lectura me llevo a otras fuentes y alimentó también mucho de mi vida profesional. Hoy día cuento en casa con un variado archivo de recortes que abarcan no solo el deporte sino también la ciencia, la historia, la biología y muchísimos temas más. Esta colección, de la cual les comentaré en otro encuentro, sigue creciendo. Y debo decir con orgullo que mis hijos usaron varias veces material sacado de estos sobres de papel madera para sus tareas escolares. Pero volvamos a los libros...</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>¿Qué sacó de leer tanto? Entretenimiento. Riqueza (espiritual, obvio). Cultura. Frases. ¿Frases? Si, frases.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>Mientras leo, si me encuentro con una frase que me gusta, la copió. La vuelco en un cuaderno y la guardo. Incluso si hay un párrafo que me llama la atención, que me "atrapa", lo apuntó allí. ¿Por qué? Porque soy un coleccionista, y los coleccionistas no pueden explicar el origen de su actividad. Lo hacen y punto.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>En este <i>"Mate con cremona"</i> volcaré algunas frases y párrafos que me han gustado, para compartirlos con ustedes. Por supuesto van a descubrir un par de cosas particulares sobre este tema. Uno, algunos lo sospechan, varias están extraídas de libros escritos por Stephen King. Es mi escritor favorito. De alguna manera puede que esta pequeña muestra sirva para que vean que King no solo goza narrando como los intestinos se enganchan en el pie de alguien y lo hacen tropezar o como un tenedor revienta el globo ocular de otra persona. Verán que describe otras cosas. Y muy bien.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b> Lo segundo que van a descubrir es que alguna frase no tendrá sentido. Eso pasa. A mi alguna de éstas me conmocionó cuando la leí digamos, seis años atrás, y hoy día no representan nada especial. Eso pasa. Pero aún cuando hoy hayan perdido fuerza, las quiero compartir con ustedes. Quizá les sirva, los ayude, los oriente o les arranque una sonrisa o un movimiento afirmativo de cabeza. Si alguna lo hace, habrá cumplido su misión.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>Espero que las disfruten:</b></span></div><div><br /></div><div><b><span class="Apple-style-span" ><br /></span></b></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"Todos saben como vencer al dolor salvo quien lo padece"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(Mucho ruido y pocas nueces - William Shakespeare)</b></span></div><div><b><span class="Apple-style-span" ><br /></span></b></div><div><b><span class="Apple-style-span" ><i>"<span class="Apple-style-span" >Es posible que tres personas guarden un secreto si dos de ellas están muertas"</span></i><span class="Apple-style-span" > </span></span></b></div><div><b><span class="Apple-style-span" >(Benjamin Franklin)</span></b></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"Todo es más difícil cuando es real. Es entonces cuando te ahogas. Cuando es real"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(It - Stephen King)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"No hay buenos amigos. No hay malos amigos. Solo hay personas con las que uno quiere estar, necesita estar. Gente que ha construido una casa en nuestro corazón"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(It - Stephen King)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"Con frecuencia acontece que rostros bellos ocultan almas viles"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(Ben Johnson)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"Esperar lo mejor pensando en lo peor"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(Anónimo)</b></span></div><div><i><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></i></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"Este lugar inhumano hace monstruos humanos"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(El resplandor -Stephen King)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"A veces la vida es tan chistosa que te tienes que reír"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(Bolores Claiborne -Stephen King)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"No son las tragedias las que marcan nuestras vidas, sino las decisiones que tomamos después de ellas"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(Anónimo)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><i><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></i></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"Puede que aún falte mucho para el amanecer, pero no hay ninguna ley que nos prohiba hablar en la oscuridad"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(Kenneth Patchen)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"Si no aprendemos a vivir acompañados, entonces moriremos solos"</i></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i></i> (Anónimo)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"Todas las flores de la primavera se citan para perfumar nuestro entierro"</i> </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(John Webster)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i>"Llegarás hasta aquí, no más allá" </i></b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><i></i>(Job 38.11)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><i><span class="Apple-style-span" ><b>" -¿En qué pensabas? -preguntó Julia</b></span></i></div><div><i><span class="Apple-style-span" ><b> -En los ciegos -dijo Juan -¿Cómo soñarán los ciegos?</b></span></i></div><div><i><span class="Apple-style-span" ><b> .Mirá las cosas que se te ocurren. Como nosotros.</b></span></i></div><div><i><span class="Apple-style-span" ><b> -No. Te hablo de los ciegos de nacimiento. Esos que nunca vieron nada, ¿qué se les aparecerá en los sueños?</b></span></i></div><div><i><span class="Apple-style-span" ><b> -Pensás cada cosa. Que importa lo que se les aparezca, si ellos no lo ven"</b></span></i></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(Frente de Tormenta - Vicente Batista)</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b><br /></b></span></div><div><i><span class="Apple-style-span" ><b>"Así es como seguimos adelante: un día a la vez, una comida por vez, un dolor por vez, una respiración por vez. Los dentistas hacen un tratamiento de conducto por vez, los astilleros reparan un caso por vez. Si escribes libros, redactas una página por vez. Volvemos la espalda a lo que sabemos y a lo que tememos. Estudiamos catálogos, miramos partidos de fútbol, contamos los pájaros que hay en el cielo y nos apartamos de la ventana al oír unos pasos detrás. A veces las nubes parecen cosas diferentes -peces, unicornios y jinetes- pero de hecho son solo nubes, y concentramos nuestra atención en la comida siguiente, el dolor siguiente, la página siguiente. Así es como seguimos adelante"</b></span></i></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>(Un saco de huesos -Stephen King)</b></span></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-74031638317432931592011-02-18T11:40:00.003-03:002011-02-18T11:43:24.902-03:00Triciclos y camioncitos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGzZuxNlvaoC3fQa7HTD_GHsAOT_TNLVcssgvruU4WQooFkoEyMbigqSUW3kx9cbQDpOe4shqILiXQ2zYYB64OASo2mwPEKjOvaTr4RRvkntj850kzqtS08IBRhsEOQTZWSOqw6xHmJls/s1600/Camioncito+2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 268px; height: 220px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGzZuxNlvaoC3fQa7HTD_GHsAOT_TNLVcssgvruU4WQooFkoEyMbigqSUW3kx9cbQDpOe4shqILiXQ2zYYB64OASo2mwPEKjOvaTr4RRvkntj850kzqtS08IBRhsEOQTZWSOqw6xHmJls/s320/Camioncito+2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5575039684032722402" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfVO3yA-1rKpFq6WGanriYmlomMaPH3nZ5-U4BX_CEVKtNMmAjPj3DRNz2ysuh0gRug2g2HGHC64t0YZt5SiTCy2I7vosqEFGFjDmWP-Rnh7fadTCCzQf8MOei11vDoNYy5YyQUILRvY0/s1600/Triciclo.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 180px; height: 280px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfVO3yA-1rKpFq6WGanriYmlomMaPH3nZ5-U4BX_CEVKtNMmAjPj3DRNz2ysuh0gRug2g2HGHC64t0YZt5SiTCy2I7vosqEFGFjDmWP-Rnh7fadTCCzQf8MOei11vDoNYy5YyQUILRvY0/s320/Triciclo.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5575039593436329714" /></a><br /><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Han desaparecido.¿Se extinguieron?. ¿Dejaron de ser moda? ¿Fueron reemplazados?.En algún recodo del camino del tiempo quedaron estacionados. Juntando el moho del olvido.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Los autos, camiones o colectivos atados en el extremo de un hilito y que eran alegremente arrastrados por las veredas y plazas ya no están. Ya no acompañan a los chicos, ni torturan el paso de los adultos. Recuerdo haberme tropezado, por última vez con alguno hace unos treinta años atrás. Eran tiempos en los que cualquier distraído quedaba enganchado entre la mano del nene y el juguete, por una cuerda casi invisible.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Y claro, me veo a mi mismo seleccionando entre un camioncito volcador de chapa o una auto "Duravit" para acompañar a mi mamá al mercado. Aquella ceremonia de elegir tenía tanta importancia como la de escoger una remera o un pantalón cosas que, en aquellos años nunca correspondían a los chicos.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Después, en la calle, sobrevenían los problemas habituales de este particular estilo de tránsito. Mirar a cada rato para atrás a ver si el autito seguía sobre sus cuatro ruedas o avanzaba arrastrándose penosamente de costado. Vigilar que nadie lo patease o se enganchase con el cordel. Tratar de hacerlo pasar sobre charcos de agua y recortes de césped evitando las "caquitas" de perros y la trampa de las alcantarillas que pudieran acabar engullendo a nuestro seguidor compañero.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Cruzarse con otro "conductor" era todo un acontecimiento. Mirábamos recelosos el vehículo ajeno y después hinchábamos el pecho y le imprimíamos mayor velocidad a nuestro paso buscando impresionar al rival.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Para cruzar una calle había dos opciones. La más inaceptable era alzar el juguete y cruzarlo como si fuese un perro faldero. Esta maniobra violaba nuestra imaginación. No la tolerábamos. Para nosotros el camioncito era un camión. Y tenía que seguir andando sobre el piso. Si lográbamos nuestro propósito, debíamos agacharnos para bajarlo al asfalto y luego subirlo de nuevo a la vereda. Los que venían caminando detrás nuestros, chochos con aquellas obligadas frenadas en seco...</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Sin embargo, lo peor que nos podía pasar era que no hubiese hilo en la casa. Ni el de la envoltura de unos ravioles, ni uno viejo de la Navidad pasada. Ni un mísero piolín. Ni un viejo cordón de zapatillas. Eso frustraba nuestros planes de raíz y sobrevenía el berrinche y una complicada negociación entre los adultos y nosotros. Todo terminaba cuando se acordaba la aplicación del Plan B: salir con el triciclo.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>El triciclo... Otro dinosaurio extinguido de nuestra niñez. ¿Quién no aceleró alocadamente por las veredas desiguales generando melodías entre las ruedas y las baldosas? Manejábamos el triciclo sin mirar demasiado. Concentrados en la vereda que pasaba por debajo nuestro, desatentos a cualquier obstáculo (peatones incluidos) que se atravesaban en nuestro camino. ¿Habrá sido una escuela de conductores? Es probable. Muchos manejan autos hoy como si todavía montasen el triciclo y la mano de mamá bajase para ayudarlos a doblar o detenerse...</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>En la plaza eran inevitables las "picadas" entre dos o más triciclos. Para terror de palomas y jubilados, surcábamos las veredas a toda velocidad, siempre al borde de caernos de cara al piso, perdiendo zapatillas en el pedaleo o enganchando ruedas y generando accidentes de entre los que salíamos llorosos y con rodillas raspadas. Los "tricicleros" eramos rivales, pero también socios en la angustia y la envidia cuando frente a nosotros aparecía algún karting y su conductor, nos miraba con desdén mientras nos dejaba atrás solo preocupado en pedalear y no tanto en mantener el equilibrio.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Hace un par de semanas, caminando por Parque Centenario me encontré en un puestito de compra-venta con un camioncito volcador como el que yo tenía. Rojo, con el volquete amarillo, la chapa un tanto doblada y picada, con las ruedas negras, con un círculo interior pintado de blanco... Les explique a mis hijos y, claro, me miraron extrañados. Había en sus rostros una mezcla de incredulidad, pena. y aburrimiento. Ellos están convencidos que hubieran muerto de hastío si hubiesen nacido como yo en 1963 cuando la palabra internet no existía y el único que tenía computadora era el Batman de Adam West</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Creo que no se extinguieron. Ni fueron reemplazados. No. Los camioncitos y los triciclos fueron olvidados. Eran una tradición que pasaba de generación en generación y la nuestra simplemente no la trasladó a sus hijos. Entonces, para ellos, escucharnos hablar de tales juguetes y costumbres resulta tan curioso como cuando les contamos que antes, para cambiar el canal del televisor, había que pararse y darle la vuelta a un sintonizador. Ciencia Ficción... pero al revés. "¿Cinco canales nada más?", preguntan asombrados. "Si, y a las doce y media de la noche se terminaba y no empezaba hasta las siete de la mañana siguiente?", rememoramos.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>No lo pueden creer.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Bueno, ellos, de todos modos, también se van alejando del televisor. Poco a poco la web está desplazando a otro gran amigo de nuestra infancia. Seguramente sus hijos les preguntarán un día "¿Qué monitor tan raro?" Y ellos -nuestros hijos de hoy, los padres de mañana- deberán explicarles que ese "monitor" es un Sony de 29 pulgadas con el que se veían 79 canales. No creo que terminen de exponer toda la idea. Escucharan una carcajada o, simplemente, verán que ya no les están prestando atención.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Está bien.</b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span"><b>Se lo merecen.</b></span></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-66991976262216499572011-01-19T11:36:00.006-03:002011-01-28T23:54:36.475-03:00Un año<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1HB6cSlN8syZeuHQO_5fMH8RHDwDJfe8TMLXfO0rVjaap-oyxxAVsKkghcUu7B-J6CmcHHpaUjyDCV8GDLZCffECXyFoFNcY0Zu8y0CUkU0fBct_dkWMRCS3yUt8hsgYR3b-2-JXRDd8/s1600/En+mitre%252C+antes+de+la+debacle.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 210px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1HB6cSlN8syZeuHQO_5fMH8RHDwDJfe8TMLXfO0rVjaap-oyxxAVsKkghcUu7B-J6CmcHHpaUjyDCV8GDLZCffECXyFoFNcY0Zu8y0CUkU0fBct_dkWMRCS3yUt8hsgYR3b-2-JXRDd8/s320/En+mitre%252C+antes+de+la+debacle.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5567435323930040178" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbiGeuIFFOGBuFfFdSietgjZOehnviPfJuv_1AmdrgMC6UOc138GEwZMO1AHBXXISzineedisRifdUGD78QyZ9JY1dUxjMO1rnbM8nTykPMU8snRkpcBvDNfoJaXD8_DXTV_fkoc-J2Z4/s1600/Ultima+noche+en+Garay.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 239px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbiGeuIFFOGBuFfFdSietgjZOehnviPfJuv_1AmdrgMC6UOc138GEwZMO1AHBXXISzineedisRifdUGD78QyZ9JY1dUxjMO1rnbM8nTykPMU8snRkpcBvDNfoJaXD8_DXTV_fkoc-J2Z4/s320/Ultima+noche+en+Garay.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5567435318423264866" /></a><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /><span class="Apple-style-span">Ya pasó un año.</span></span></span></b></span><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Parece mentira, ¿no?</span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Hace un año ya que no estamos juntos. Un año sin miradas que se cruzan. Un año sin que mis dedos recorran tu silueta reconocible. Un año entero sin que te haga reír, llorar, gritar...</span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Un año.</span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Son otros los dedos que ahora te tocan ávidos y voraces. Otras manos las que te moldean como yo lo hacía. Son voces diferentes las que te susurran al oído sacándote una carcajada o una reflexión.</span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">¿Extrañas mis caricias? ¿Son mejores las de ahora? ¿Cómo te suenan las voces nuevas? ¿Dulces? ¿Seguras? ¿Implacables? ¿Estás mejor ahora que cuando estábamos juntos?</span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">No. No, por favor. No me respondas. No soportaría saber que te sentís mejor. O que estás peor.</span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Nos quedan amigos en común que me cuentan cosas de vos. Si, ya sé... A veces no puedo evitar preguntarles. Y cuando no lo hago, ellos deben adivinar en mi mirada, en mis gestos, en el tono con que les hablo, que quiero saber algo sobre vos. Tener noticias tuyas, aunque no sean recientes. </span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Ellos, estos fieles camaradas que acompañaron mi martirio, que comparten conmigo este exilio, me cuentan. De a poco, como si tuviesen miedo de decir mucho. Van soltando palabras mientras tantean mi expresión. Son ellos quienes pintan en mi imaginación escenas nuevas y a la vez <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">reconocibles</span>. Yo intercaló algún comentario. Por ahí hasta me río. Pero por dentro me voy rompiendo. Como un jarrón golpeado al que le ha surgido una "<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">arañita</span>" escondida entre las filigranas y los dibujos. Cada día, imperceptiblemente, esa fisura se convierte en grieta y un día...</span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Pero no. No va a pasar.</span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Tengo fuerzas para seguir y vos <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">tenes</span> fuerzas para seguir. ¿O sufrís mi ausencia? ¿Si? ¿No? Es otra cosa que no quiero saber. No cambiaría nada. Ambos sabemos que ni yo voy a volver ni vos me vas a pedir que vuelva. ¿Podrías pedírmelo acaso? Imagino que no. Y si pudieras, si una lámpara maravillosa e improbable te diese la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">chance</span> de pedir un deseo creo que pensarías desear mi regreso. Pero no lo pedirías. Para no agrandar la herida. Para no agrandar la "<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">arañita</span>"... </span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Tengo que confesarte algo. Todas las mañana te busco. Mis ojos recorren casi con <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">desesperación</span> esos lugares en donde antes nos veíamos, nos encontrábamos... Pero ahora, apenas te localizo, apenas me aseguro que estás, apartó la vista y me voy. No miró más. No necesito más. Ni me fijo si te seguís poniendo aquel rojo chillón tan llamativo o si <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">mantenés</span> el azul y amarillo con el que te engalanabas casi todos los lunes... </span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Paso un año para mi. Pasó un año para vos. </span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">No te he olvidado,<i> Crónica.</i></span></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">¿Y vos?</span></span></b></span></span></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-19010918295229991272011-01-03T11:39:00.004-03:002011-01-03T12:09:27.095-03:00Enero, el Peor de Todos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8P0hzT1kyMNp6suX9qCV-_huVNRwklK99LHi0HDH_Zsensj9tWMZ4MmyZjg8RG8wVHaQwTd_2fAXYjLxEGDmcLjuslC3gPbLjrAu7k4SHbXRsf6ClBA4DKl3WvLf5CKmf5AiMAfPNGKk/s1600/Calor.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 243px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8P0hzT1kyMNp6suX9qCV-_huVNRwklK99LHi0HDH_Zsensj9tWMZ4MmyZjg8RG8wVHaQwTd_2fAXYjLxEGDmcLjuslC3gPbLjrAu7k4SHbXRsf6ClBA4DKl3WvLf5CKmf5AiMAfPNGKk/s320/Calor.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5557976876865582882" /></a><br /><span class="Apple-style-span" ><b>Acá estamos. Bajo la implacable democracia del sol que nos achicharra a todos por igual. Soportando la térmica -que subraya las pantallas de televisión en un furioso rojo que anuncia 38- y la otra térmica, la que dos por tres salta porque el ventilador del abuelo hizo pasar los modestos límites de consumo previstos para la casa.</b></span><div><span class="Apple-style-span" ><b>Este es enero. Enero. El mes más largo del calendario anual. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>Es mentira que tenga 31 días. Enero tiene, por lo menos 45... En parte porque compensa los 15 de menos que tiene diciembre. Ese diciembre que siempre aparece regado de bondad y sonrisas, ese diciembre que nos imaginamos envuelto en celofán brillante, con un moño encima. Un mes chico, que dura solo hasta el 20. Después entramos en una vorágine de saludos, encuentros, llamados, mensajitos, chateos, salidas apresuradas a comprar algo, abrazos con vecinos a quienes ni miramos el resto del año.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>Diciembre saca lo mejor de nosotros. Sentimientos enmohecidos por culpa de piquetes, aumentos, problemas laborales y/o conyugales, frustraciones... Pero, de repente, diciembre se va con su alegría a otra parte y nos deja en manos de enero.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>No es difícil imaginar a enero como un tipo grandote, con una musculosa que permite ver brazos enormes y cargados, tronándose los dedos mientras sonríe con una boca demasiado llena de dientes. Enero nos mira con ojos inyectados de falsa bondad, con ojos que anticipan el calvario a sufrir por quienes no pactaron sus oportunas vacaciones para huir de él. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>En un par de horas enero nos devuelve el malhumor anual que el bondadoso diciembre licuó entre frizze y sidra. Hay menos gente en las calles, si. Pero el ritmo es lento, cansino. Agobiados por la temperatura y porque el cuerpo parece estar atado a un ancla clavado en el asfalto, nos deslizamos penosamente por entre restos de bengalas, bolsitas vacías de maní con chocolate, restos duros de pan dulce y otros descartes post fiestas. Hay gruñidos, miradas torvas, pocos levantan la cabeza, nadie saluda al vecino. ¿Sonrisas? No. ¿Palmadas en la espalda? Nada. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>Enero castiga demoledor anunciando el año que ya empezó. "¿Buen fin y mejor principio?", se ríe con un vozarrón que quiebra nuestros nervios como cristal fino. "¿Qué se cumplan todos tus proyectos?", se burla agitando una copa invisible en el aire. </b></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><b>Las hojas diarias de nuestras agendas ya están llenas de compromisos. Hay tachaduras, enmiendas, flechas que suben y bajan, subrayados, recuadros, remarques en amarillo flúo. Enero ya está en marcha. Y nosotros caminamos delante de él, mirando cada tanto por sobre el hombro, inquietos y asustados. Enero. El peor de todos. Llegó para quedarse. Y como pasa con algún pariente, no se sabe bien cuándo se irá... </b></span></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-91682527243992945422010-10-18T09:13:00.003-03:002010-10-18T09:58:46.097-03:00El rescate "a la Argentina"<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3JpWuxZSrr6UXD8qiXXs1NxyROyn0b1UEAIhWI7yK2nxdu9fdnMDxeKQrvSXq4rsfZ8YK43ig5FmC7JJDiTEQCRnkhgZ7IX_RoMN2t7f5SSnTih0fBeYilwmQFU7peY5QdSQdLfDVQMU/s1600/mineros.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 259px; height: 194px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3JpWuxZSrr6UXD8qiXXs1NxyROyn0b1UEAIhWI7yK2nxdu9fdnMDxeKQrvSXq4rsfZ8YK43ig5FmC7JJDiTEQCRnkhgZ7IX_RoMN2t7f5SSnTih0fBeYilwmQFU7peY5QdSQdLfDVQMU/s320/mineros.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5529369708654825314" /></a><br /><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">No me digan que no. En la medianoche del martes 12 y el comienzo del miércoles 13, muchos nos pegamos al televisor para ver el rescate de los mineros chilenos. En vivo y en directo. Con audio trasandino matizada por comentarios de enviados especiales argentinos que estaban tan lejos del la base de operaciones como los mismos candidatos a ser rescatados.</span></b></span></span><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Cuando la "Fénix 2" inició su primer descenso, llevando a uno de los rescatistas, ¿qué esperaban? ¿Qué se trabará? ¿Qué se cortase la soga? ¿Qué el pasajero empezará a gritar pidiendo que lo suban de nuevo? Bueno, no. No pasó nada. Llegó al fondo, lo vimos ser recibido por los trabajadores atrapados y luego intercambiar su lugar con el minero elegido para ser izado. Y cuando éste empezó su recorrido hacia la superficie... ¿no surgían de nuevo aquellas dudas? Pero no. El morbo involuntario que todos llevamos adherido al ADN se tuvo que ir a dormir. No hubo terremoto, la soga resistió, la cápsula nunca salió abollada, ningún minero saltó a tierra vomitando o con un ataque de pánico o intentado agredir a los que lo ayudaron a subir.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">El rescate se prolongó sin novedades. Y lo natural fue que tras el tercer o cuarto minero izado, muchos televisores se apagaron. Claro, había que ir a dormir. Pero también lo que pasaba era que, justamente, "no pasaba nada". ¿La prueba? Al día siguiente los canales de noticias seguían mostrando el operativo en la mina San José, pero el rating ya no era tan alto como en las primeras dos horas.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">No tengo dudas acerca que en Argentina este rescate hubiese tenido otros condimentos. Mas autóctonos. Mas interesantes y mediáticos. Por ejemplo...</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* Apenas se produjo el derrumbe, hubiese habido cortes de accesos a Capital Federal como medida de protesta y solidaridad con los accidentados.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* De inmediato una marcha a la mina hubiese terminado con incidentes en los que las instalaciones habrían sido destruidas.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* Paralelamente las oficinas de la empresa minera serían tomadas por organizaciones sociales, estudiantes secundarios (con títulos oficiales de "tomadores") y otros grupos siempre deseosos de movilizarse.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* Portavoces del gobierno hubieran asegurado que "hay una sensación de que algunos mineros quedaron atrapados bajo tierra". Vía twitter, claro.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* El Indec aseguraría que no son 33 sino 16 los mineros atrapados.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Pese a todo, supongamos que encontraban que los mineros estaban vivos. Entonces hubiese sucedido esto:</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* Cortes en los accesos a Capital para festejar el hallazgo.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* Una nueva marcha a la mina. Nuevos incidentes.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* La toma en la empresa minera se mantiene.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* Un exitoso programa de TV muda a sus bailarines mediáticos para que discutan y dancen junto a las perforadoras mientras se inician los operativos de rescate.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Y, por fin, cuando comienzan a ser sacados del interior de la tierra...</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* Cortes de calles hasta que salga el último minero.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* La toma en la empresa no se levanta hasta que el último minero no cobre su sueldo.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* La televisión oficial lanza "Rescate para todos". </span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* La cápsula -pintada de celeste y blanco- luce anuncios de bingos, cadenas de farmacia, páginas de poker en internet y el logo de un diario oficialista.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">* Afuera, un escenario alberga a sindicalistas y políticos alineados con el oficialismo. Llega Chávez invitado para hablar con cada minero. Algunos rescatados se desmayan agotados más por la verba del bolivariano que por la odisea vivida.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Y, claro, después vendría el desfile por canales de TV y programas varios. Esto, seguramente es lo mismo que está sucediendo allá en Chile. La diferencia es que acá los cruzaríamos al aire con alguna vedette en ciernes (o alguna veterana insaciable) para que contasen como fueron los 70 días de abstinencia (¿abstinencia?) subterránea.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Eso si: los cortes y la toma, seguirían.</span></b></span></span></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-64274031077459523292010-10-18T09:00:00.003-03:002010-10-18T09:04:06.872-03:00Arranca una nueva ronda<span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><span class="Apple-style-span" ><span class="Apple-style-span" ><b>Aquí estamos de nuevo "matecremonenses". Pasó un tiempo bastante prolongado entre nuestro contacto anterior y estas nuevas y (espero) frescas líneas. Bueno, es que no solo los mineros anduvieron lejos del mundo exterior. Hay veces que uno debe tomarse tiempo para cobrar nuevo impulso y seguir. Ustedes saben de qué se trata. Por eso, acérquense una vez más. La ronda va a empezar</b></span></span></span>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-50414809081875440032010-08-26T11:28:00.004-03:002010-08-26T12:25:56.715-03:00Hombres de cierta edad: Igual a nosotros<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5KSgwVl70U8ewymzQCyqjV_rxv96_Y70xbXExXiJSq8MDwojB9rTtpHb0ofFM2cR2UT8MQVdpnrgReDDyLkgF18PpW6hqBmlBnuOdWL-tRlq0L6isx3LdbPWLMm0BOr9ifWGG4pd7_K0/s1600/men_of_acertain_age_chica.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 240px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5KSgwVl70U8ewymzQCyqjV_rxv96_Y70xbXExXiJSq8MDwojB9rTtpHb0ofFM2cR2UT8MQVdpnrgReDDyLkgF18PpW6hqBmlBnuOdWL-tRlq0L6isx3LdbPWLMm0BOr9ifWGG4pd7_K0/s320/men_of_acertain_age_chica.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5509738963849608114" /></a><br /><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">¿Cuántas diferencias habrá ente un hombre que vive en Estados Unidos y otro que vive en Argentina? ¿Muchas? ¿Pocas? Pero las hay, sin dudas. De arranque nomas, un estadounidense desayuna huevos revueltos, jirones de tocino y jugo de naranjas, mientras que nosotros preferimos un mate </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">amarguito</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> con </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">cremona</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">... Pero, ¿y a la hora de encarar la vida?</span></b></span></span><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Desde hace un par de semanas el </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Warner</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Channel</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> emite una serie que se llama "</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Men</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> of </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">certain</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">age</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">" ("Hombres de cierta </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">edad</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">") que narra la historia de tres amigos que pasaron la línea de los 40 años y deben enfrentar el día a día desde esa óptica. Cada uno de ellos es diferente a los otros dos, pero tienen puntos de coincidencia entre si. Y también se parecen a cualquier trío de amigos argentinos en la misma situación. Veamos...</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Joe</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Tranelli</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">. es dueño de una especie de bazar, recientemente separado, con una hija adolescente y un hijo entrando en esa franja de la vida, amante de la música de los 80 8con la que aturde a empleados yclientes de su negocio), frustrado jugador de golf y adicto a las apuestas. </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Joe</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> debe enfrentar la reciente separación de su mujer y admitir que "la vida sigue". El problema es que su inseguridad le hace ver señales que no sabe interpretar. Si una mujer le </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">sonrie</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">, ¿quiere tener una aventura con él? Si le presentan a una chica, ¿hasta dónde debe avanzar? ¿Debe seguir respetando a su esposa? ¿A quién recurre para resolver estas cuestiones? a sus amigos, claro...</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Owen</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Thoreau</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Jr</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">. tiene otras cosas con las que lidiar: Pese a ser un imponente hombre de piel oscura, es más simpático que temible y está lleno de dudas también. Tres hijos pequeños, una casa a medio </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">construir</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">, una esposa cariñosa (que muchas veces lo atosiga con su amor y lo mete en problemas) y un empleo que no es nada sencillo: trabaja en la concesionaria de su padre, un tipo que no perdona errores y lo trata como el peor de los empleados. </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Owen</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> hace equilibrio como sostén económico de la familia para llegar a fin de mes, mientras trata de entender cómo sus dos amigos pueden vivir sin parejas estables.</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">El tercer integrante del trío es </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Terry</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Elliot</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">, un </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">ex</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> actor que apenas si ha conseguido papeles menores y que trabaja -cuando quiere- en una oficina a la que llega tarde invariablemente. </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Elliot</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> es un "Romeo" incurable. Siempre </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">conquistando</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> chicas -mucho menores que él- vive sin ataduras emocionales y suele despertar algo de envidia en </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Joe</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> quien, en ocasiones, sigue sus consejos al pie de la letra buscando imitarlo. </span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">En el programa (cuyos 12 capítulos de la primera temporada se emiten los martes a las 22 por el </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Warner</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">) los tres amigos se juntan para almorzar en un bar de comidas rápidas y allí intercambian sus vivencias. Hablan de cremas para aliviar </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">paspaduras</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">, de chicas, de dilemas morales como prohibir o no que los hijos de </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Joe</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> chateen o que el padre de </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Owen</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> haga un comercial de la concesionaria mostrando como "hijo" a un empleado y no al propio </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Owen</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">...</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">No es difícil sentirse </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">indentificado</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> con alguno de los tres. Y aún quienes no hayan llegado a pasar la raya de los cuarenta, </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">probablemente</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> entiendan lo que les pasa a estos tres "hombres de cierta edad"</span></b></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Si tienen cable -mientras no sea expropiado- y tienen ganas, inviertan una hora del martes en ver la serie. </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Ray</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> Romano, </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Andre</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Braugher</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> y </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Scott</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">Bakula</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> </span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;">son tres</span></b></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9900;"> amigos a los que vale la pena invitar a casa. </span></b></span></span></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-62952061141332650482010-08-22T12:10:00.003-03:002010-08-22T12:47:39.296-03:00Quería decir...: El A B C de la violencia<span style="font-weight: bold; color: rgb(51, 255, 51);font-size:100%;" ><span style="font-family:verdana;">Vivimos tiempos tristes en Argentina. Tiempos de inseguridad. Tiempos de miedo. Tiempos de incertidumbre. Y no se trata de cuestiones relacionados a los físico, al temor de ser asaltados, </span>atropellados<span style="font-family:verdana;"> o asesinados. También coexistimos con el terror de ser lesionados moralmente, de recibir una agresión que no tenga forma de piedra o bala, sino que sea una palabra, una determinación, una acción que nos cambie la vida para siempre.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Viajar, salir, quedarse, hacer o no hacer, todo es inseguro. Pero mucho más de los común. Ya no se trata de la ley de </span>probabilidades. No se trata<span style="font-family:verdana;"> de que nos toque o no estar en determinado lugar, en determinado momento, para que algo nos suceda. La violencia en la </span>Argentina<span style="font-family:verdana;"> escapa incluso para lo que pueda medirse a través del azar.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Hay un </span>ABC<span style="font-family:verdana;"> básico de la violencia. Adolescentes. Bancos. Colectivos. ¿Son los únicos? No, claro que no. Estos tres son los ejes de la cuestión en cuanto a lo físico. El daño moral va pegado a cualquiera de estos tres. Es el "</span>bonus<span style="font-family:verdana;">". El (maldito) premio.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Hay una porción de adolescentes que vive poniendo en riesgo su vida y la de otros. Es </span>comprensible<span style="font-family:verdana;"> que en ese laberinto en el que las hormonas nos ponen después de los doce años, los caminos siempre parezcan confusos y que la única "certeza" sea tener esa sensación de poder, de ser invencible, inmortal. Esta engañosa omnipotencia por la que todos pasamos algunas vez, engaña. Entonces algunos (por ejemplo) se toman, </span>liberalmente<span style="font-family:verdana;">, "hasta el agua de los floreros". Tequila, vodka, cerveza, vino, ginebra... No importa la calidad. No hay límite para la cantidad. ¿Y después? Después uno toma otra cosa: un arma. Y dispara. Muere él o muere otro. El saldo de todos modos es trágico. ¿Los amigos? No saben a quien culpar. Se esconden detrás del "todo pasó en un segundo". Claro. En un segundo fatal. Y un segundo que pudo haberse evitado. Más si luego alguien desliza que la víctima o victimario "</span>temía<span style="font-family:verdana;"> problemas con el </span>alcohol<span style="font-family:verdana;">. Se </span>descontrolaba<span style="font-family:verdana;">. A veces hacía bromas o se metía a correr en medio del tráfico". </span>Jaja<span style="font-family:verdana;">. Qué divertido. Miren como le tocan bocina los conductores tratando de eludirlo. ¿Saben que pasa si lo atropellan? Van presos. Y a juicio. Y lo tienen que </span>pagar<span style="font-family:verdana;"> por bueno, como suele decirse. </span><br /><span style="font-family:verdana;">Entrar al banco aunque sea buscando cambio en monedas para viajar se ha convertido en una aventura de espías y pistoleros. Hay que mirar fijo al cajero. Ver si nos mira fijo a nosotros. O si hace alguna seña o algún guiño raro. También hay que estar atentos a los que </span>están<span style="font-family:verdana;"> parados frente a los cajeros automáticos como muñecos desconectados a la espera de una orden. Y hay que mirar si alguien entra (o sale) atrás nuestro. Si nos sigue </span>veinte<span style="font-family:verdana;"> metros por la vereda, cruzar. O correr. O ponerse a gritar. O arrodillarnos y extender las manos ofreciendo las míseras monedas suplicando que no nos disparen. "Tomen. </span>Llevénlas<span style="font-family:verdana;">. Yo voy caminando." ¿Comprar </span>dolares<span style="font-family:verdana;">? ¿Renovar un plazo fijo? ¿Cobrar la jubilación? No. Esa tarea requiere del alquiler de un par de custodios de esos que vemos en las películas y suelen decir "El perímetro está asegurado" </span><br /><span style="font-family:verdana;">Llegar a la parada del colectivo tiene, en cambio, el romanticismo de los filmes de acción al estilo Indiana </span>Jones<span style="font-family:verdana;">. Hay que esquivar al 94 que dobla a toda velocidad, dejar pasar al 112 que nos roza la nariz con uno de sus estribos traseros, y perseguir y alcanzar al 9 que acelera para sortear el semáforo en el que ya luce el amarillo. ¿</span>Fin<span style="font-family:verdana;"> de la misión? No. La diversión recién empieza... Hay que tratar </span>que<span style="font-family:verdana;"> la máquina no haga saltar las monedas </span>enloquecidamente<span style="font-family:verdana;"> como si fuesen pulgas en el lomo de un perro pelado, o que las devuelva igual que un </span>tobogán<span style="font-family:verdana;"> sin frenos. Cuando por fin el pasaje ha sido abonado, viene la complicada tarea de tomar con uñas bien afiladas el minúsculo boleto que -sabemos bien- un día de lluvia o por culpa del sudor perderá rápidamente toda la (supuesta) información vital que posee. El resto del viaje será, por suerte, apenas un vaivén de aceleradas y frenadas y de giros dignos de una </span>centrífugadora<span style="font-family:verdana;"> para entrenar astronautas. </span>Ah<span style="font-family:verdana;">, y no hay que olvidarse de estar parado lejos de las puertas y hablar por celular con las ventanillas cerradas o mientras el colectivo se mueve. No sea cosa que un arrebatador (interno o externo) se tiente...</span><br /><span style="font-family:verdana;">¿Pasan más cosas? Si. ¿Hay mas modos de violencia? Si. Pero por hoy con este </span>ABC (Adolecentes, Bancos, Colectivos) tenemos suficiente<span style="font-family:verdana;">. Pero no lo duden. Podemos completar el abecedario. Y varias veces. </span></span>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-84012555297820053502010-08-14T19:16:00.004-03:002010-08-14T19:35:13.170-03:00La tarde que la cremona fue vencida<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0I8i-h-B0HYw5GVhegvA1wIpPMOHmX6M4jbT8TZe8YLkdyxWrp9y2cVx29QNda9UaxqxD1LUbhHMq0iBqG2FtJDfmMw4_uvsijK9qdmo37DE2aRzmEXgpDszqSTyDrqjdTDgSXeWARow/s1600/camera+005.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0I8i-h-B0HYw5GVhegvA1wIpPMOHmX6M4jbT8TZe8YLkdyxWrp9y2cVx29QNda9UaxqxD1LUbhHMq0iBqG2FtJDfmMw4_uvsijK9qdmo37DE2aRzmEXgpDszqSTyDrqjdTDgSXeWARow/s320/camera+005.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5505397503474647810" /></a><br /><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Hola amigos "</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">mateconcremonenses</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">"</span></span></span><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><br /></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Esta vez tengo que escribir para pedir perdón... porque he traicionado la noble causa de nuestra "hermandad". Y es que la semana pasada cambie la </span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">cremona</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"> fiel por una torta (una </span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Súpertorta</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">, en realidad) Hay una explicación, por supuesto: fue mi cumpleaños.</span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><br /></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Debo admitir que comí sin culpa, pero que acompañe cada porción con un buen amargo, como corresponde y de forma de expiar parte de mi pecado.</span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><br /></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Semejante </span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Súpertorta</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"> fue regalo de mis hijos, Catalina y </span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Cristopher</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">, con quienes disfruto cada día de mi existencia. Ellos son el motor que me impulsa cada día, y el cariño y el amor que nos brindamos nos sirve para enfrentar cada día la nada sencilla (pero hermosa) aventura de vivir.</span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><br /></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Quería aprovechar nuestro encuentro para compartir con ustedes está, una pequeña alegría doméstica.</span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Y para confesar mi "traición" a la querida </span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">cremona</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">. Algo que ya estoy encaminado a corregir (porque de la torta no quedan ni las migas)</span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><br /></span></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">Un abrazo para todos. Hasta la </span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;">próxima</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FF33;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"> ronda.</span></span></span></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-21694940457718126132010-08-09T08:52:00.002-03:002010-08-09T08:57:25.638-03:00Un mate y un amor<div id="ecxecxecxyiv108415072"> <div><span class="Apple-style-span" style="line-height: 72px; "><b><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><span class="Apple-style-span" style="color:#33CCFF;">El siguiente texto reproduce un monólogo de Lalo Mir en su programa "Lalo bla, bla..." de Radio Mitre. Digan la verdad, ¿no se sienten incluidos?</span></span></b></span></div><p style="line-height: 150%;"><span style=" line-height: 150%;font-size:18pt;"><span class="Apple-style-span" style="color:#FFFF33;"><br />El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca.<br />Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed.<br />Es más bien una costumbre, como rascarse.<br />El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si<br />estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.<br />Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es 'hola' y la segunda<br />'¿unos mates?'.<br />Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres.<br />Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.<br />Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian.<br />Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.<br />Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar.<br />En verano y en invierno.<br />Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.<br />Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo.<br />Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.<br />Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: '¿Dulce o amargo?'. El otro responde:<br />'Como tomes vos'.<br />Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba.<br />La yerba es lo único que hay siempre, en todas las<br />casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie.<br />Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular, Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFFF33;"><span style=" line-height: 150%;font-size:10pt;"></span></span></p></div> <div></div> <p style="line-height: 150%;"><span style=" line-height: 150%; font-size:18pt;"><span class="Apple-style-span" style="color:#FFFF33;">Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí.<br />El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma.<br />O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.<br />Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno.<br />Por adentro hay revoluciones.<br />El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...<br />Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena.<br />La charla, no el mate..<br />Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma<br />y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!'.<br />Es el compañerismo hecho momento.<br />Es la sensibilidad al agua hirviendo.<br />Es el cariño para preguntar, estúpidamente, '¿está caliente, no?'.<br />Es la modestia de quien ceba el mejor mate.<br />Es la generosidad de dar hasta el final.<br />Es la hospitalidad de la invitación.<br />Es la justicia de uno por uno.<br />Es la obligación de decir 'gracias', al menos una vez al día.<br />Es la actitud ética, franca y leal de<br />encontrarse sin mayores pretensiones<br />que compartir. </span></span></p>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-84122446161719405582010-08-04T18:59:00.004-03:002010-08-04T20:29:34.747-03:00¿A Usted nunca le pasó?: El Día del ¿Niño?<span class="Apple-style-span" style="color:#FFFFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">El domingo es el Día del Niño. Y todos los años pasa más o menos lo mismo en la semana previa. ¿O no? Pasen y vean dos casos típicos:</span></span><div><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Caso 1: Para el varón</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><br /></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">- Hola, buenas tardes. Quería algo para mi hijo por el Día del Niño.</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">-Claro, como no ¿Su hijo tiene celular? Tenemos una oferta que incluye un equipo con cámara, cámara de </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">vídeo</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">GPS</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, sistema de rastreo </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">multisecuencial</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> y...</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">- Eh, no. Mi hijo tiene 11 años y no tiene celular porque </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">no</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> lo necesita todavía. Yo buscaba otra cosa...</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">- Bueno tenemos una amplia gama de </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">MP</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">4 y dos modelos nuevos de </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">ipod</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> que permiten escuchar música mientras...</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Mirá</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, la verdad es que a mi hijo la música mucho no le interesa. Creo que es más del tipo de juegos, ¿</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">entendés</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Ah</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, claro. Con 11 años debe estar esperando que usted le compre </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Monstruoción</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> 4. ¿Tiene </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">PC</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, no? Porque </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Monstruoción</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> 4 salió para </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Pc</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">. Y esta vez los Soldados </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Intergalácticos</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> van a un planeta que esta hecho de una sustancia gris que va hundiendo al jugador cada vez un poco más cada 15 minutos. Como el juego marcha en tiempo real, el jugador tiene que completar la misión antes de las dos horas y media o morirá ahogado. Y eso si se salva de los zombie-monstruos que cuando lo atacan le van arrancado pedazos del cuerpo. Una mano, un ojo, una pierna... Es muy entretenido.</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -A mi me parece más bien muy violento. ¿No habrá algo de deportes? ¿Fútbol, por ejemplo?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -Si, si, claro. Tenemos la versión Fútbol Mundial 3010. Acá vos </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">podés</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> jugar el Mundial siendo </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Messi</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">. </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">hacés</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> todos los goles y </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">salis</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> campeón del mundo.</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -No, no. Me parece más de ciencia ficción que de fútbol. ¿Algo más educativo?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Hummm</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, a ver, a ver... ¿Le gustan los dinosaurios? Si, seguro que si. A los chicos le gustan los dinosaurios siempre. Este es </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Dino</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Rex</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">. Son peleas entre diferentes clases de monstruos. Y te digo un truco: apretando "control-</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">shift</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> 5" le metes las uñas a tu rival en los ojos y lo dejas ciego. Así se gana seguro, </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">jajaja</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">.</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -No, no, por favor. Basta de violencia. ¿Qué les pasa a ustedes? Todo es romper, matar, destruir... ¿Dónde quedo El Estanciero o la Lotería Familiar?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> - Miré, hubiera empezado por ahí. Usted busca juegos de mesa. Puedo ir al sótano para ver si me queda algún </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Scrabble</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> o un Ajedrez. Porque acá arriba lo que tengo es el "Estrategia de Guerra" y el "Ludo para volver de la muerte"</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -¿Ludo para volver de la muerte? No, no. No me explique nada. Ustedes están todos locos. ¡Locos! Solo venden violencia. ¡¡¡¡¡¡¡Mi hijo no es violento porque yo no soy violento!!!!</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -Seguridad, seguridad, socorro...</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><br /></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Finalmente el regalo para el nene fue que el padre salió de la comisaria el sábado a la tarde y pudo pasar el Día del Niño en casa... jugando Batalla Nava en un par de hojas </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">cuadriculadas</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#33FFFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> arrancadas a la carpeta de matemáticas. </span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Caso 2: para la nena</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><br /></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">- ¿En qué la puedo servir, señora?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -Buscaba algo para mi hija, para el Día del Niño.</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -¿Tiene </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">celu</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">? Acá hay un equipo muy completo que viene con...</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -No, no. Ya le regalé uno el mes pasado cuando cumplió los 12. Ahora quería otra cosa.</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -Un buen </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">MP</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">4. Seguramente escucha música que se baja de la </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">compu</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, ¿o no?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -Si, si... Pero preferiría algo menos vistoso. No me parece que ande por la calle colgada en la música sin prestar atención cuando cruza.</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -Entonces algo para la casa. ¿Algo para la </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Pc</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">? Hay unos programas muy interesantes que le permiten armar su propio blog de manera muy sencilla...</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Humm</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, no sé. Yo le desconfío a esas cosas. Pero un juego para la computadora podría ser. ¿Qué </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">podés</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> ofrecerme?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -Tengo estos juegos de rol. Son en primera persona, ella es La Princesa Guerrera </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Cormen</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> que lucha contra centauros que lanzan un vómito ácido, gigantes que pisotean sin piedad a sus enemigos y dragones que mutilan y queman...</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -¡Ay, no, que horror! Mejor otra cosa. ¿</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Películas</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Ah</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">. si, muy buena opción. Acá tenemos </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Zoraida</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, la desgraciada. Es una chica que quiere ser bailarina clásica y vive en el campo con sus padres. Y cuando estos se le mueren en un tornado, ella se tiene que ir a la casa de un tío a Nueva </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">York</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">. El tío es malvado y la obliga a trabajar en un bar de </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">desnudistas</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">...</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Ehhhh</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, no, no, </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">esperá</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">. ¿otra menos "real"?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> - Y, no sé. Esta de acá es de una chica que cuida de sus hermanos durante la guerra de </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Vietnam</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">. Una noche llega un pelotón con 25 soldados borrachos que la...</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> - ¡No, no! ¡Alto! ¿Qué fue de las películas de </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Disney</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -¿</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Disney</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">?</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -Si, </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Disney</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">. </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Mickey</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Pluto</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Tribilín</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">... La Bella Durmiente</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> -</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Ah</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, acá tenemos una versión de la Bella Durmiente. </span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">- Pero... pero... ¿esta no es la chica que mostró un </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">vídeo</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"> donde estaba con siete enanos que la perseguían en una </span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">calesita</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">? ¿Qué clase de negocio es éste? ¡Perversión! ¡Violencia! ¡Los voy a denunciar! ¡Policía, policía!</span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><br /></span></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Los tres médicos de la ambulancia que llegó al local, sedaron a la mujer después de forcejear con ella un rato largo. Le dieron de alta el sábado a la tarde. El domingo pasó el Día del niño recostada en la cama, con su hija al lado suyo, acariciándole la cabeza mientras miraban por cable "</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Zoraida</span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FFCCFF;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">, la desgraciada"</span></span></div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-65087653642083897762010-07-31T15:12:00.005-03:002010-07-31T15:52:02.168-03:00Mentiras, traición y fábulas<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzBW94CBT6Ey1WglwsJCZceUZkejfTVmfuUfs7UjrUMKlTqbiLGaf7WAnL9g_h5CIwpQT8GOYGI_A3PgJMamIsqDh6pvqgstqTg0EVkQUwxUVZ9H2swxPfth9KY0TmX8GI6QBsAiz98JQ/s1600/Maradona.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 181px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzBW94CBT6Ey1WglwsJCZceUZkejfTVmfuUfs7UjrUMKlTqbiLGaf7WAnL9g_h5CIwpQT8GOYGI_A3PgJMamIsqDh6pvqgstqTg0EVkQUwxUVZ9H2swxPfth9KY0TmX8GI6QBsAiz98JQ/s320/Maradona.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5500144185947755698" /></a><span class="Apple-style-span" style="color:#FFFF00;"><div>Hace un par se semanas atrás dejábamos como frase del estribo: "Un pesimista es un optimista con información". Para mejorarla o potenciarla, habría que agregarle "y con memoria". Entonces aplicaría perfectamente para hablar del Caso Selección Nacional.</div>La llegada de Diego Maradona al comando del equipo argentino -que peleaba por lograr una plaza para Sudáfrica 2010 -fue un anticipo de las desprolijidades que vendrían. Hubo "cosas raras" en la salida de Alfio Basile y en la asunción de Diego. Claro, pocos tienen pruebas. Y los que las tienen no las aportan porque a) No son concluyentes y b) Son acérrimos "maradonianos". Para quienes vimos todo desde una lejana perspectiva resulta claro que el "golpe" que desbancó al "Coco" se incubó en el plantel probablemente alentado desde afuera...<br />Después, ya con Maradona en el timón, la novela vivió más y más capítulos en donde se discutían cuestiones que resultaban ridículas. Por ejemplo: Diego quería a Oscar Ruggeri dentro del cuerpo técnico. La AFA, Grondona, dijo "no". Pero hubo tironeos desde ambos lados para afianzar la posición que, finalmente, se inclinó hacia el lado de don Julio. ¿No había que resolver esto antes? Cuando sentaron a Maradona para ofrecerle el cargo, ¿él no pidió a Ruggeri? Si no lo hizo de entrada, está claro que quiso presionar una vez con el buzo de DT puesto. Y si él se dice tan leal y de "mirar de frente a los ojos" , ¿por qué no se fue cuando le vetaron la incorporación del "Cabezón" a su grupo de trabajo?<br />Lo mismo vale preguntarse luego de escuchar su discurso (eso no fue una conferencia de prensa) de la semana pasada. Si había "intereses económicos" metidos en la Selección, ¿por qué no renunció? Una respuesta digna podría ser que quisiera pelear desde adentro. Bueno, perfecto. Muy loable. Pero vale plantear otro interrogante; si Argentina se traía la Copa del Mundo, ¿él habría denunciado esto?<br />El viejo síndrome de "El otro tiene la culpa" fue la excusa en la que se recostó Maradona para despedirse de la gente luego que la AFA decidiera no renovarle el contrato como entrenador de la Selección. Acusó a Grondona de mentirle. Apuntó como traidor a Bilardo. Y volvió a dejar la sensación de sentirse perseguido y acosado por todos. Vale recordar que tras el 0-4 con Alemania había exhibido ya los síntomas de esta "cruel enfermedad" cuando se mostró agresivo ante las preguntas de los periodistas y hasta desafió a uno a presentar un proyecto en la AFA para dirigir al equipo nacional.<br />La triste conclusión de todo esto es que Maradona volvió a fabular. Esta vez no fue Havelange, ni Blatter, ni Platini, ni Pele, ni el Papa... Esta vez eligió conpiradores más caseros. Dos con los que trató desde que asumió como técnico de Argentina. Con uno de ellos se abrazó en el estadio Centenario luego de la victoria 1-0 ante Uruguay insultando a los periodistas que sostenían que existía un división entre ellos. ¿La seguimos teniendo adentro, Diego? ¿La seguimos chupando?<br />Maradona jugador era capaz de gambetear medio equipo rival para meter un gol. Maradona persona nunca ha podido eludir los "trancazos" de la vida. Maradona jugador acariciaba la pelota y ésta le obedecía. Maradona persona reparte golpes y abrazos a distra y siniestra.Maradona jugador se cargaba el equipo al hombro e iba al frente. Maradona persona acepta desafíos, pero no admite sus errores y fallos y hace cargo a de ellos a sus críticos.<br />Y en medio de todo esto nunca (¡nunca!) se pudo hablar de fútbol con Maradona. Cuando era entrenador su discursoi se reduicía a "Le dije a los muchachos que tienen que dejar todo por la camiseta argentina". Jamás se consiguió debatir ideas y decisiones. Y tras el adió al Mundial, menos.<br />Pero, claro, todo es culpa nuestra. ¿Verdad Diego? </span>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-83987589114570998882010-07-13T08:22:00.001-03:002010-07-13T08:40:15.427-03:00La eliminación del triunfalismo periodístico deportivoSe fue el Mundial. Pasó el mes que nos iba a tener pegados al televisor viendo partidos que durante otra época del año no hubiesen merecido nuestra mínima atención. Adiós a la tiranía de vivir con el horario-FIFA condicionando nuestro ritmo de vida. Y adiós también all triunfalismo periodístico deportivo con el que fuimos castigados mientras Argentina avanzaba en el torneo.<br /> No es mi intención caerle duro a los jugadores de la Selección Nacional, ni a Diego Maradona. Ni siquiera se me ocurre hacer alguna crítica a la conducción de la AFA… No en este momento. En todo caso en este tiempo post-Mundial, apto para la reflexión y al análisis son otros (mejor capacitados y autorizados que yo) quienes deben indagar acerca de las razones por las que un equipo tan bien valorado desde el plano económico, dio tan pocos dividendos en Sudáfrica. Lo que pretendo poner en debate es otra cosa.<br /> Me gustaría focalizarme en la manera en que se cubrió la actuación de Argentina en el Mundial. De cómo se “vendió” cada una de las presentaciones del equipo de Maradona y, junto a ella, se comentó el desempeño de sus jugadores. <br />Para empezar sorprendió la amnesia colectiva que atacó a la comunidad periodística deportiva en general, tanto a quienes estaban en Sudáfrica como a los que apoyaban las transmisiones desde aquí. De golpe y porrazo nadie recordaba el lamentable rendimiento de Argentina en la eliminatoria mundialista. Las actuaciones individuales flojas, el nulo visitando a Bolivia… todo eso quedo borrado. Desaparecido mágicamente apenas el Mundial se puso en marcha. ¡Y ni hablar tras la victoria inaugural frente a Nigeria! A partir de ese momento la cuestión principal parecía ser si nos cruzaríamos funcionamiento colectivo, la enorme cachetada en contra del 1-6 con Brasil en la final o no. Mientras tanto las loas desbocadas hacia Lionel Messí ocuparon páginas y pantallas de manera permanente. Casi asfixiante. ¿Juego de equipo? ¿Funcionamiento? No, nada. O muy poco. Apenas algún sobrevuelo a ambas cuestiones. <br />Desde mi escepticismo me pregunté:¿jugo tan bien Messi? Encontré tantas respuestas positivas que, de la boca para afuera, opté por un prudente silencio. Y mientras veía pasar partidos (el buen arranque de Alemania y Holanda, la pobreza de costumbre de Italia, el flojo debut de España) pensé que Argentina podía llegar a tener buenas chances de pelear por el título. Necesitaba crecer como equipo, asentarse, tomar confianza de la mano de buenos resultados. No me dí cuenta del contagio hasta mucho después.<br />La goleada ante Corea del Sur, el triunfo “caminando” frente a Grecia, pusieron al equipo de Maradona en los octavos de final donde debía cruzarse con México. Para entonces algunas grietas en el discurso súper-ultra-hiper optimista empezaban a notarse. Por caso se reconoció que el cuadro mexicano sería el primer rival “importante” que tendría la Selección Nacional. Y vaya si lo fue… Una atajada providencial de Romero y el travesaño ayudaron a conservar el “cero” en una defensa que temblaba más que La Momia de Titanes en el Ring. Después, por supuesto, se ganó 3 a 1 (alevoso gol en off side incluido) y con una muy buena tarea de Messi. No, perdón. No de Messi. De Carlos Tevez. A quien pese a los dos goles –el segundo un golazo- se lo calificó con un “8” ¿Y Messi? Otra grieta en el discurso esperanzador de nuestros predicadores deportivos: se reconoció que no había jugado bien. Alguno fue más allá y no solo remarcó que llevaba cuatro partidos sin meter goles, también apuntó a que su rendimiento iba decayendo conforme la competencia avanzaba.<br />Entonces. en el horizonte argentino se levantó Alemania.<br />Y el Mundial terminó.<br />0-4. Una de las peores derrotas “albicelestes” en los Mundiales.<br />Pero algo positivo salió de este traspié. La mayoría de los periodistas recuperaron la memoria y fueron capaces de recordar que el equipo argentino jugaba mal. Que sus futbolistas no rendían como lo hacen (o dicen que hacen) en sus clubes. Hasta se levantaron cuestionamientos hacia el técnico por haber “borrado” a la “Brujita” Verón (hay “aroma” a qué pasó algo raro ahí, ¿no?) Obviamente se le cayó con fuerza a los “obreros” de siempre: esta vez Otamendi, además de Heinze y Demicheli, fueron los más castigados. Aunque debo reconocer que Di María recibió lo suyo (¿tendrá él la culpa de que alguien pague 40 millones de euros por su pase?) y hasta se aseguró que Messi no había tenido un buen Mundial.<br />¿¿¿¿Cómo???????? Un momento. Una semana antes había escuchado decir que solo le faltaba el gol, que era la gran figura del torneo, que bla bla bla bla. ¿Qué había sucedido? ¿Error o panquequismo puro? No. Desde acá defiendo a mis colegas. Fue un error. “Vieron” lo que no existía mientras el equipo ganaba. “Vieron” la realidad a la hora de hacer un balance tras una derrota.<br />Entonces recordé un error similar cometido por el periodismo en 2006, en Alemania. Aquella vez, tras clasificar a cuartos de final, se insistía con que era “el Mundial de Riquelme”. Cuando vino la eliminación a manos de los alemanes, el análisis que se hizo fue que “Riquelme tuvo un Mundial discreto” ¡Epa! Lo mismo que sucedió ahora. Con otros jugadores, pero casi con los mismos periodistas.<br />No existe la objetividad. Todos lo sabemos. Y ni estas líneas son objetivas. Pero, ¿tanto cuesta moderar un poco los elogios? ¿Qué necesidad tenemos de que Messi sea el mejor del mundo? ¿Para qué? Si antes de Maradona nunca lo tuvimos e igual dábamos batalla, jugábamos bien y ganábamos. ¿Cuál era el problema de reconocer que la Argentina de Maradona era un simple conglomerado de jugadores caros sin mucho plan táctico que los sostenga? En todo caso apostábamos a eso y punto. Listo, ¿qué problema? <br />Pero no. Había que cargar tintas sobre Messi para que una vez más nos estrellemos con la realidad: hay uno que juega en Barcelona y parece que no es este que se pone la celeste y blanca. Faltan socios, adujeron algunos. ¿Socios? Agüero, Verón, Higuaín, Milito, Di María, Pastore, ¿son “pica piedras”? ¿No juegan bien? ¿Qué hay que hacer? ¿Nacionalizar a Pedro?<br />Vamos, por favor. Pero lo del juego de Messi vale desarrollarlo otro día…<br />Quizás la respuesta sea muy simple: compramos elogios. Los compramos barato porque hoy en día cualquier jugador del planeta puede destacarse con un par de meses de regularidad. Entonces entra al mercado futbolero, su carita aparece en la playstation, en el FIFA 2010, en perfumes, zapatos, lanchas, condones, cervezas… El negocio, el marketing se los come y son “buenos” aunque jueguen mal o, en el mejor de los casos, son “buenos” con un par de pinceladas por partido. Claro, después pasan por el Mundial como Cristiano Ronaldo o Lampard y uno piensa (con razón) que cualquiera de los dos se hubiese ido puteado un sábado a la tarde de Mataderos o Rafaela <br />Pero no. En Europa no. Al menos eso nos “venden” quienes relatan la Liga Inglesa como si los jugadores fuesen dioses olímpicos o que hablan maravillas de las actuaciones de los futbolistas argentinos en España, Italia, Hungría o Moldavia. Ahí nos “venden” que son infalibles. Y todos merecen elogios. Son enormes, fantásticos, insuperables, inimitables, talentosos, excelentes, etc, etc, etc.<br />Después, cuando los vemos en el examen que hay que rendir cada cuatro años, el triunfalismo periodístico deportivo no alcanza para sostenerlos por mucho entusiasmo que pongan en la apertura de la transmisión o en las notas y comentarios entre partidos. Porque cómo decía Angel Labruna “En la cancha se ven los pingos” Y eso, lo que pasa en la cancha, sigue siendo lo único que vale en el fútbol. Digan lo que digan.Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-53466557235149476372010-07-02T19:54:00.001-03:002010-07-02T19:58:05.868-03:00¿A usted nunca le pasó?:<meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 12"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 12"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CCarlos%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="metricconverter"></o:smarttagtype><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName"></o:smarttagtype><link rel="themeData" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CCarlos%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_themedata.thmx"><link rel="colorSchemeMapping" 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<br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style=""><span lang="ES"><span style=";font-family:lucida grande;font-size:180%;" >LAS LINEAS ENEMIGAS</span>
<br /></span></p><p class="MsoNormal" style=""><span lang="ES">
<br /></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">
<br /></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">La casa era de madera y estaba a unos doscientos metros más o menos. Hugo podía ver su lateral cuando las explosiones la iluminaban tiñéndola de rojo y amarillo. Pero, ¿era una casa o una capilla? Un rato antes, en medio del fulgor de una detonación, le pareció ver alzarse por sobre el techo, una torre fina rematada en una cruz. “Casa o capilla, qué importa”, se dijo Hugo, con los ojos al ras del suelo, enterrado hasta las rodillas en el barro de la trinchera. Si, le daba lo mismo. Allí dentro encontraría refugio y calor. Quizás debiera esperar el final del bombardeo encerrado en el sótano –si es que tal sótano existía- pero cualquier cosa sería mejor que aguardar a cielo abierto que una bomba le cayera encima. Miró a la derecha. El cadáver de su compañero yacía boca abajo, con la mano tomando estérilmente el fusil. Hugo se lo quitó y se pasó la correa por el hombro. Se acomodó el casco, respiró hondo y se aprestó a saltar fuera y correr. Correr por su vida. Como venía haciendo desde hacía… ¿cuánto? No se acordaba. Ni tampoco le importaba.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“No te olvides de llamar al cable” –la voz de Viviana llegó flotando en la noche y estalló iluminándola. Poco a poco el barro bajo sus botas se deshizo. El cuerpo de su camarada muerto se volvió polvo. La casa (o capilla) se transparentó y desapareció. Hugo entreabrió los ojos. Su mujer lo miraba desde la puerta del dormitorio. “El cable. No te olvides”, amonestó con gesto de mamá enojada. Hugo gruñó una respuesta que lo mismo podía ser conformidad o insulto. Viviana se marchó dando el portazo de todos los días.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES"><span style=""> </span>Se preparó un café y caminó hasta el living para buscar la revista de cable. La encontró al costado del sillón, adónde la había abandonado él mismo la noche anterior tras aburrirse haciendo zapping con el control remoto en busca de un programa que le interesase. Cuando por fin lo encontró (una película de guerra que empezaba 22.35) sólo pudo disfrutarla por veinte minutos. La señal se cortó y no volvió. De nada valió montar guardia por una larga hora frente a una pantalla gris. La acción en Vietnam se estaba desarrollando sin Hugo como testigo. Marchó a la cama rumiando su desazón. Ahora, mientras pasaba las hojas buscando el número de teléfono se le ocurrió que su subconsciente le había dado un premio consuelo al permitirle soñar con una historia bélica en donde él era el protagonista.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">Con el número ya localizado, fue por el inalámbrico y marcó la larga combinación que lo pondría en contacto. Sin embargo antes de terminar, cortó. Recogió el control remoto y oprimió el “on”. La pantalla seguía gris. Sonrió dándole un sorbo al café. A la pasada su mente había considerado la posibilidad que su esposa, Viviana, le estuviese jugando algún tipo de broma cruel diciéndole que llamase a la empresa de cable cuando, ella ya había verificado que el servicio se encontraba normalizado <span style=""> </span>Apretó “off” y recogió de nuevo el teléfono. Mientras se derrumbaba en el sillón terminó de marcar los once números. Tras dos llamadas una voz femenina comenzó a hablar:</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Multicablex le da los buenos días. Si usted quiere contratar nuestros servicios, marque el “<st1:metricconverter productid="1”" st="on">1”</st1:metricconverter>; si ya es cliente, marqué el “<st1:metricconverter productid="2”" st="on">2”</st1:metricconverter>”</span><span style="" lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">Hugo, obediente, pulsó el “<st1:metricconverter productid="2”" st="on">2”</st1:metricconverter></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Si desea adquirir el pack de “Cine especial” con tres canales exclusivos en los que podrá ver estrenos al mismo tiempo que en el cine, marque “<st1:metricconverter productid="1”" st="on">1”</st1:metricconverter>; si le interesa asociarse a la promoción “Fútbol de Europa” con la que podrá disfrutar de los torneos de España, Italia, Alemania, Inglaterra y Finlandia, marque “<st1:metricconverter productid="2”" st="on">2”</st1:metricconverter>; si su llamada responde a otro tipo de necesidad, marque “<st1:metricconverter productid="3”" st="on">3”</st1:metricconverter>”</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">El pulgar de Hugo oprimió el ·”<st1:metricconverter productid="3”" st="on">3”</st1:metricconverter> mientras bebía la segunda mitad de su café.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Si quiere conocer el monto y fecha de vencimiento de su factura, marqué “<st1:metricconverter productid="1”" st="on">1”</st1:metricconverter>, si desea adherirse al débito automático para poder participar del sorteo de dos pasajes ida y vuelta a Cancún (no-incluye-estadía-ni-alojamientos-ni gasto-alguno-que-pueda-realizar-el-ganador-del-sorteo-y-su-acompañante), marque “<st1:metricconverter productid="2”" st="on">2”</st1:metricconverter>; si su llamada es por otro motivo, marqué “<st1:metricconverter productid="3”" st="on">3”</st1:metricconverter>”</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">Hugo resopló mientras escogía el “<st1:metricconverter productid="3”" st="on">3”</st1:metricconverter></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Si quiere conocer nuestra programación al instante, marque “<st1:metricconverter productid="1”" st="on">1”</st1:metricconverter>; si quiere recibir en su celular los horarios de sus programas favoritos, marque “<st1:metricconverter productid="2”" st="on">2”</st1:metricconverter>; si quiere hacer alguna consulta con el área técnica, marque “<st1:metricconverter productid="3”" st="on">3”</st1:metricconverter></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Por fin”, pensó Hugo marcando el “<st1:metricconverter productid="3”" st="on">3”</st1:metricconverter></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Si recibe imagen sin audio, marque “<st1:metricconverter productid="1”" st="on">1”</st1:metricconverter>; si recibe audio sin imagen, marqué “<st1:metricconverter productid="2”" st="on">2”</st1:metricconverter>, si no recibe ni imagen ni audio, marqué “<st1:metricconverter productid="3”" st="on">3”</st1:metricconverter>”</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">Hugo pulsó ferozmente el “<st1:metricconverter productid="3”" st="on">3”</st1:metricconverter></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Aguarde y será atendido por uno de nuestros operadores”. A Hugo la voz le pareció ligeramente decepcionada, pero ¿era posible? El mensaje estaba grabado. ¿O no? Una melodía estridente comenzó a sonar obligándolo a alejar el teléfono de su oído. Tomó el último sorbo de café y aguardó pacientemente los siguientes dos minutos. Entonces la música se cortó… al igual que la comunicación. Hugo se quedo perplejo, mirando el teléfono mudo como si se hubiese transformado en un anco</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">Los siguientes siete minutos de la vida de Hugo fueron una repetición de los que ya había vivido momentos antes. Un nuevo paseo por los laberintos del contestador automático de su operador de cable, con su pulgar oprimiendo el “<st1:metricconverter productid="2”" st="on">2”</st1:metricconverter> o el “<st1:metricconverter productid="3”" st="on">3”</st1:metricconverter> hasta que, finalmente, desemboco en la salida a su consulta. Y una vez mas la voz de la chica le pareció resignadamente fastidiosa. “Aguarde y será atendido por nuestros operadores”. Alertado por su memoria, alejó el oído del teléfono apenas escuchó los primeros acordes de aquel repiqueteo que casi lo había dejado sordo la vez anterior. La tortura auditiva esta vez se estiró un par de minutos mas. Entones resurgió la voz de la chica (¿un poco mas animada ahora?) <span style=""> </span>para anunciarle triunfalmente que “Multicablex le agradece que se haya comunicado con nosotros. Nuestros operadores están atendiendo a otros clientes: aguarde por favor” Y la horrible melodía volvió a atronar en la línea por otros tres minutos. .</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">La paciencia de Hugo se iba agotando. Su mente, poco a poco, comenzó a recrear el sueño que interrumpiera Viviana aquella mañana. Otra vez estaba hundido en el barro, con el casco calzado sobre las cejas, los ojos pegados al nivel del piso, contemplando la casa<span style=""> </span>(¿o capilla?) doscientos metros adelante.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Multicablex le agradece…”, volvió a decir la chica-robot. Hugo gritó un par de “hola, hola” antes de comprender que seguía sin hablar con un ser humano. Cortó y volvió a marcar.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES"><o:p> </o:p></span></p> <span style="font-family: verdana;font-family:";font-size:12pt;" lang="ES" >
<br /></span> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">Hacía ya media hora que intentaba reclamarle al servicio de cable. Era la tercera vez que desandaba el camino de opciones y números. Otra vez estaba en la “etapa musical” de aquella comunicación que no le comunicaba con nadie. Fue entonces cuando, inesperadamente, una voz masculina se hizo presente al otro lado de la línea.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Buenos días, me llamó Sergio, ¿en que lo puedo ayudar?”, preguntó solícito. Hugo se repantigó en el sillón y empezó a explicar atropelladamente el motivo de su llamado. “Dígame el numero de cliente”, pidió Sergio. Hugo se quedo mudo.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“No lo sé”, atinó a balbucear.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Si tiene la factura a mano podrá verlo en el margen superior derecho dentro de un rectángulo amarillo. Es un número de tres cifras seguido de un guión y con otros seis números a continuación”, algo en el tono de Sergio denotaba un aire a superioridad que pegó duro en la paciencia de Hugo.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“No tengo la factura a mano, te doy mi nombre y apellido y los buscas en tu computadora, ¿si?”, alegó.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span lang="ES">“Dígame su número de teléfono, señor”, contraatacó Sergio.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: verdana;"><span style="" lang="RO">Hugo se lo dijo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; font-family: verdana;"><span lang="ES">”Ahora su DNI, por favor”, requirió Sergio. Hugo se lo dijo. ¿Es usted el titular?”, insistió Sergio.</span><span style="" lang="RO"><o:p></o:p></span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“Si no fuera el titular ¿ qué sentido tendría que perdiese cuarenta y cinco minutos de mi vida tratando que me atiendan?”, rezongó Hugo. Deseaba tener un fusil en sus manos para ir hasta Multicablex y encargarse de Sergio, la chica-robot y del que había seleccionado la música de espera</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“Un momento, por favor”, se disculpó Sergio, y antes que Hugo pudiese volver a protestar, los acordes infames de la melodía revienta-oídos ya lo estaban aturdiendo otra vez.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">Pasaron dos minutos hasta que la voz de Sergio se dejo escuchar de nuevo.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“Gracias por esperar. Lo transfiero al departamento de Técnica””, anunció antes de volver a dejarlo oyendo aquellos acordes cacerolescos.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">Pasó otro par de minutos. En ese lapso Hugo estuvo tentado de volver a cortar. Pero antes de hacerlo encendió el televisor y al ver la pantalla oscura su desaliento creció.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“Buenos días, soy Santiago, ¿en qué puedo ayudarlo?”</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“¿Sos del departamento de Técnica?”, desconfió Hugo.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“Si señor, dígame qué necesita”, insistió Santiago.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“La señal se cortó anoche a eso de las once y todavía no volvió”, explicó Hugo aliviado</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“¿Me podría dar su numero de cliente, por favor?”, reclamó Santiago con voz paciente.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“Pero… -Hugo no encontraba palabras- Ya se lo di al otro muchacho. –no era cierto, claro, pero ¿qué diferencia había? ¿No sabían ya quién era él?</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“Si señor, lo entiendo, pero mi terminal no está conectado con el de los operadores… -la explicación de los problemas técnicos que aquejaban a Santiago se perdieron en el espacio. Hugo ya era incapaz de prestarles atención. Cuando oyó que el muchacho hacía silencio repitió que no tenía la factura a mano, que podía darle su número telefónico o el de su documento de identidad. Santiago aceptó ambos datos y luego –por supuesto- puso a Hugo en espera. Para su sorpresa, la música era diferente. Al menos los de “Técnica” tenían un gusto musical algo más refinado.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">Tres minutos después volvió Santiago. </span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“Nuestra señal está llegando correctamente a la zona donde usted reside. ¿Verificó bien las conexiones interiores de su televisor con el cable alimentador?”, la pregunta era maliciosa. Hugo presintió la trampa. </span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">Se levantó del sillón y fue hasta <st1:personname productid="la TV. Lentamente" st="on"><st1:personname productid="la TV." st="on">la TV.</st1:personname> Lentamente</st1:personname> se asomó por encima para ver si el cable estaba conectado o tirado en el suelo. Estaba conectado. Estiró el brazo y lo tocó. Estaba firmemente conectado.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“El cable está bien”, informó triunfal… sin saber por qué estaba tan contento.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">“Entonces debe haber algún problema con el aparato”, aventuró Santiago.</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">La sangre de Hugo acabó por hervir. ¿Qué era todo aquello? ¿Cómo se atrevía aquel mocoso anónimo a desconfiar de las bondades de su televisor? ¡Y llamarlo “aparato”! Aparatos eran ellos que tenían una máquina que ablandaba la mente de los clientes y una música que los aturdía. Esos eran aparatos. Aparatos de tortura para quebrar las voluntades, para hacerlos caer de rodillas y obligarlos a rogar por algo por lo que pagaban puntualmente. Y a un precio bastante elevado, además. Iba a responder duramente cuando oyó que la comunicación volvía a cortarse. Y, al mismo tiempo, la mente de Hugo se tiñó de gris, como la pantalla sin señal de su televisor…</span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES"><o:p> </o:p></span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES"><o:p> </o:p></span></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"><span lang="ES">Hugo estaba otra vez en la trinchera, sordo por los bombardeos, enceguecido por los fogonazos, viendo a la distancia la pared lateral de la casa-capilla. ¿Había una inscripción sobre las tablas? Si, eso parecía. Podía vislumbrar una “M” y también una “u” y una “l”, pero el resto era imposible de leer. Dos siluetas tapaban las letras siguientes. No. No eran dos. Eran tres. Dos hombres y una mujer. Sergio y Santiago y la chica-robot, seguramente. Estaban esperándolo. Le hablaban, Hugo veía que lo miraban y movían los labios. Seguramente le estaban pidiendo el número de cliente. No lo tenía. No importaba. Tomó el fusil de su compañero muerto y saltó fuera de la trinchera. </span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES"><span style="font-family: verdana;">Una música ensordecedora y enloquecedora tapó el retumb</span>ar de sus disparos.</span></p> Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-7029917408012546622010-07-02T19:39:00.004-03:002010-07-02T19:45:25.175-03:00Mate Plateado<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwFgWU8tQrae9JDPZZXNhmHmwWpXaNQFY9xWjnZqvh32KTiL5jHXKeFZ54PzGDk89_RC8osFGcNdhGFixnVk30yna6m0ocg94G9a7HCxhsFJfAst1ZahF2lg0lBFUdk4Snc2JpRHlxqcY/s1600/gaucho+tomando+mate.gif"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 200px; height: 201px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwFgWU8tQrae9JDPZZXNhmHmwWpXaNQFY9xWjnZqvh32KTiL5jHXKeFZ54PzGDk89_RC8osFGcNdhGFixnVk30yna6m0ocg94G9a7HCxhsFJfAst1ZahF2lg0lBFUdk4Snc2JpRHlxqcY/s320/gaucho+tomando+mate.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5489443669318839138" border="0" /></a><br /><u><br /></u> <div> </div> <div>Te conservo mate lindo</div> <div>porque fuiste de mi Tata</div> <div>con tu virola de plata</div> <div>conquistaste hasta los gringos</div> <div>cuantas veces los domingos</div> <div>te brindaste al amigo</div> <div>solo vos sos el testigo </div> <div>de tantas conversaciones</div> <div>y por tantas ilusiones</div> <div>nunca te echaré al olvido.</div> <div> </div> <div>Mientras Dios me dé vida</div> <div>siempre estarás conmigo</div> <div>en el rincón mas querido</div> <div>con tu bombilla torcida</div> <div>siempre listo en la partida</div> <div>brindando tu buen sabor</div> <div>aliviando así el dolor</div> <div>de algún mal pasajero</div> <div>siempre fuiste el primero </div> <div>en la amistad y el amor.</div> <div> </div> <div>En la mano de una dama</div> <div>parecía mas sabroso</div> <div>te hacian mas mimoso </div> <div>si llegaba hasta la cama</div> <div>hoy mis versos te reclaman</div> <div>las memorias de un pasado</div> <div>nunca serás olvidado</div> <div>mientras exista un fogón</div> <div>por eso va mi canción</div> <div>mi lindo mate plateado.<br /><br />Esto que acaban de leer es obra de un poeta aficionado. Un entrerriano de Gobernador Mansilla que se llamaba Luis Martini, padre de mi estimado amigo Omar. Fue él quien la acercó a este espacio para compartirla con todos nosotros. Gracias Omar.<br /></div> <div> </div>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-68616363755948821462010-06-19T17:50:00.002-03:002010-06-19T17:53:02.983-03:00Felicidad y desencanto<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTHLYx0_vzwkUj9d_5T0o8yUvzm4_I-JCePXBc_Zk7x-Pp319ljZBVsdmPlKm3WPOSHn0RVbBstYvnG5Rvef-i1ZyeXWZq3id_pv3FFczWRISE_STJGtBbKP-9wUpImM06DysYtTfihag/s1600/img001.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 139px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTHLYx0_vzwkUj9d_5T0o8yUvzm4_I-JCePXBc_Zk7x-Pp319ljZBVsdmPlKm3WPOSHn0RVbBstYvnG5Rvef-i1ZyeXWZq3id_pv3FFczWRISE_STJGtBbKP-9wUpImM06DysYtTfihag/s320/img001.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5484590487408387954" border="0" /></a>
<br /><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 12"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 12"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLLEZER%7E1%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName"></o:smarttagtype><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="metricconverter"></o:smarttagtype><link rel="themeData" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLLEZER%7E1%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_themedata.thmx"><link rel="colorSchemeMapping" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLLEZER%7E1%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_colorschememapping.xml"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:trackmoves/> <w:trackformatting/> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> 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Tribunas coloridas, pobladas por personas que gastan dinero e ingenio en maquillarse y vestirse apostando a los cinco segundos de fama que les permitirá inmortalizarse en el tablero gigante del estadio y en las pantallas de TV del planeta entero. También tiene ceremonias <span style=""> </span>que se repiten robóticamente, himnos cantados con marcial unción (o llorados, como el “<st1:metricconverter productid="9”" st="on">9”</st1:metricconverter> de Corea del Norte). El Mundial permite las largas “previas” de los canales argentinos (¿alguien se levantó el martes a las 6 de la mañana exclusivamente para verla?) y tiene, por supuesto, partidos. Sesenta y cuatro partidos. Varios insoportables, tediosos y que nos hacen preguntar por qué será que uno espera cuatro años para ver el Mundial y (casi) siempre termina decepcionado con la calidad de los encuentros. El Mundial incluye felicidad y desencanto. Por eso genera felices y desencantados. Vaya un caso de cada uno, como para reconocerlos. O sentirnos representados.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR"><span style=""> </span>Felicidad. Su nombre es impronunciable. Al oído suena como una latita repiqueteando contra el empedrado desparejo del Barracas donde vive. Inmutable. Una esfinge oriental que desde los ojos semicerrados controla los movimientos que se producen dentro del local. De su local. De su mini mercado. El mismo que abrió hace ya 17 años cuando llegó desde el otro lado del planeta acompañado por su esposa embarazada de tres meses. Ahora su hija adolescente ayuda a recargar las góndolas mientras su hermano de cinco años corretea por entre los pasillos angostos arrastrando de vez en cuando algún paquete de fideos o derribando alguna lata de salsa de tomates. Su esposa, desde la caja, intercambia con él pequeños gritos en un idioma<span style=""> </span>incomprensible, mientras cobra y embolsa la mercadería de los clientes. Los clientes…<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR"><span style=""> </span>Ellos que nunca rompían el protocolo de limitarse a preguntar por un precio o por la ubicación de algún producto, ahora parecen haberlo descubierto. Ahora le dan volumen de persona y hasta lo identifican con su verdadera nacionalidad. Por el Mundial, ya no es “el japonés” o “el chino”. Gracias al Mundial ha vuelto a ser coreano. Entonces los clientes masculinos, con porteña crueldad, lo azuzan con un<span style=""> </span>“ahora que te goleamos tenés que bajar los precios” o le piden que cambié su bandera blanca con el símbolo rojo y azul en el centro por la celeste y blanca del sol sonriente. Con las mujeres la cuestión es más extraña, casi surrealista. “Ah, ¿de Corea?”, se sorprendió una la semana pasada cuando identificó la bandera amurada sobre la caja del mini mercado con la que había visto (a la pasada) por <st1:personname productid="la TV" st="on">la TV</st1:personname>; Otra pretendió desentrañar sus dudas con una pregunta que parecía digna de Obama: “¿De qué Corea son? ¿De la buena o de la mala?” <span style=""> </span>Y él, sonriente, económico en gestos y palabras, responde a media voz y en medio castellano. Está íntimamente feliz por<span style=""> </span>haber recuperado su identidad y quiere disfrutar cada una de estas horas. Porque sabe que en cuanto terminé el Mundial volverá a ser “chino” o “japonés”, y que sus credenciales de coreano quedarán archivadas hasta dentro de cuatro años. Si su selección clasifica para Brasil 2014, claro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">Desencanto: No hay partido internacional que no vea. ¿Liga inglesa los sábados a la mañana? A poner el reloj a las ocho, preparar unos mates y listo. A disfrutar del Manchester, del Liverpool o del Blackburn. ¿Calcio? Si, también. Un mediodía con un bife con ensaladas mientras allá, en la “tele”, <st1:personname productid="la Roma" st="on">la Roma</st1:personname> ataca al Verona o el inter busca un gol contra Lazio. ¿Fútbol de España? Imposible perderse un Barcelona-Valencia o un clásico madrileño Real-Atlético. Y <st1:personname productid="la Champions League" st="on"><st1:personname productid="la Champions" st="on">la Champions</st1:personname> League</st1:personname>, <st1:personname productid="la Bundesliga" st="on">la Bundesliga</st1:personname>, <st1:personname productid="la Copa Libertadores" st="on">la Copa Libertadores</st1:personname>, un amistoso de Francia o Brasil o China. Si <st1:personname productid="la TV" st="on">la TV</st1:personname> por cable ha sido una bendición,<span style=""> </span>internet es su paraíso porque le permite ver goles de la liga de Qatar y hasta los duelos de <st1:personname productid="la Copa Africa" st="on">la Copa Africa</st1:personname> en directo. Todo consume con avidez, acumulando información con sedienta desesperación.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR">En la oficina se destaca no tanto por su trabajo en “Contaduría” como por recitar de memoria la formación de Holanda del 74 o los goleadores de Argentina en el último Mundial. Justamente. El Mundial. Tanto lo espera. Tanto abarrota a sus compañeros con datos y detalles durante cuatro años cinco días a la semana, que cuando la cita máxima llega (y los partidos aburren y las grandes figuras parecen incapaces de dar bien un pase a dos metros) éstos toman venganza y lo hieren con estas cuestiones. Y él asume la defensa cuestionando al exigente calendario que tienen los clubes (y gracias al que él disfruta de media docena de partidos por semana)<span style=""> </span>o apuntándole a la pelota que pica tomando velocidad y efectos que la física no parece conocer. Nada sirve, sin embargo. El “Loco del Fútbol” (como lo han bautizado clandestinamente sus compañeros de oficina) recibe el escarnio de todos, incluidas las chicas de “Personal”, incapaces de diferenciar a Nigeria de Japón futbolísticamente hablando. Cualquiera lo tortura. Cualquiera lo azota con una ironía sucia, rastrera. <span style=""> </span>A él y a su amado fútbol internacional. Y él sufre porque, en el fondo, se siente desencantado. Pero no va a rendirse. Esperará cuatro años por la revancha. Esperará, por supuesto, viendo todo partido internacional que la televisión o la web le ofrezcan. Porque si uno de los axiomas que rigen su vida es aquel que dice que “el fútbol siempre da revancha” ¿por qué no esperar entonces que lo mismo aplique para el Mundial? <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-AR"><o:p> </o:p></span></p> Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-29623831233823407652010-06-19T17:47:00.001-03:002010-06-19T17:54:24.266-03:00¿A usted nunca le paso?: El monstruo del baño<span style="color: rgb(255, 204, 102);">Nicolás termina de acomodarse la ropa, aprieta a la pasada el botón y camina los tres pasos que lo separan de la pileta. Entonces se detiene, la mano suspendida a centímetros de la canilla. Algo ha pasado a sus espaldas. O mejor dicho, algo no ha pasado. Gira despacio, como si temiese encontrarse cara a cara con el monstruo de Frankenstein parado detrás suyo. Desanda la distancia hasta el inodoro pero antes de acercarse del todo ya sabe lo que sucede. Ahí está el agua, casi al borde, girando perezosamente, como un ojo sucio que espía el espacio del baño. Nicolás, con acierto, piensa “Mierda” y de pronto evoca las palabras escritas por “la señora” en una nota pulcramente apretada por el imán de un elefante contra la puerta de la heladera y que él releyó a la pasada (y casi con nulo interés) anoche al volver de la oficina. “Señor Nicolás: El baño se tapó otra vez. Usé la sopapa y se fue, pero hay que llamar al plomero. Elba” Ahora Nicolás comprende que no luchará contra la temible criatura creada por el doctor Frankenstein. No. Su rival es otro. Peor. Un inodoro tapado.</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Mientras su mente ha repasado la nota dejada por “la señora” que pasa martes y viernes para limpiar su dos ambientes, el agua y su oscura carga siguen observándolo desde abajo. Ambos se miden. Nicolás, desde arriba, mensurando la dimensión de su enemigo. Y éste, desde abajo, insondable, inescrutable. ¿Qué armas guarda escondidas? ¿Con qué artimaña buscará sorprenderlo?</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Al lado, casi al alcance de su mano, está plantada la sopapa que Elba ha empleado en la tarde anterior. Nicolás la toma como la espada jedi que pueda salvar el Imperio de su baño. Pero no hay un láser mágico que zumbe y acabe con aquella carga nauseabunda que –ironía de la vida- él mismo ha creado. Nicolás se quita la camisa, planta las piernas bien separadas y hunde la goma negra en el líquido igualmente negro. Cuando siente que llega al fondo, empuja. Y luego afloja. Y vuelve a empujar y a aflojar. En el tercer movimiento, la sopapa traviesa resbala y un lagrimón marrón se descorre por el costado del inodoro a pocos centímetros de sus zapatos. “Mierda”, insiste Nicolás antes de reanudar su arremetida, ahora con las piernas más separadas y regulando mejor las fuerzas. Uno, dos tres… Algo en el fondo hace “glooob, gluck, gloooob”. El agua se mueve hacia abajo, hacia abajo. Y se detiene. No se ha ido toda. Pero si más de la mitad.</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Nicolás resuelve que más agua puede servir para completar la tarea. Presiona el botón con euforia y, al momento, el líquido llena el recipiente enlozado y sube, sube, sube… Y escapa. Nicolás salta hacia atrás y con el mismo movimiento se descalza arrojando los zapatos hacia el pasillo y huye detrás de ellos mientras el agua sucia y parte de su extraño contenido se lanzan a la conquista de las baldosas antes blancas.</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">“Mierda”. Es la tercera vez que lo piensa. El monstruo del baño sonríe con el mástil de la sopapa asomando a un costado remedando el escarbadientes del inolvidable Minguito. Nicolás se saca los pantalones grises y entra al baño semi inundado para arremeter otra vez. Abajo, arriba, abajo, arriba… “Gloob, glooob, gluuuck”. Nada más. El agua sigue al borde. Insiste. Mínima respuesta. Nicolás empuja con más fuerza. El líquido rebalsa soltando otra “carga” y él vuelve a pensar en la palabra que ya define su día.</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Cuando comprende que la sopapa será inútil resuelve desarmar el inodoro. Baja las tapas y se asoma. Un cilindro de goma une el asiento con la pared desde donde asoma el caño de agua para la descarga. Nicolás lo quita. Luego estudia los tornillos. Hay dos que sujetan el inodoro al piso. Y otros dos que sostienen las tapas. Resoplando sale del baño dejando huellas pringosas hasta la cocina. Allí, en un cajón, hay herramientas que puede usar aunque él nunca ha sido un hombre de pinzas, martillos o destornilladores.</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Cuando regresa al baño se paraliza. ¡No hay agua! Apenas en el fondo unos diez centímetros oscuros se revelan como una pupila tímida. Nicolás, obnubilado de júbilo, se llena la palma para apretar con fuerza el botón y decretar su definitiva victoria. Y, entonces, demasiado tarde, comprende el error. La unión de goma desconectada se burla desde el bidet cercano. El chorro de agua sale con furia desde la pared y reinunda el piso.</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Nicolás chapotea maldiciendo, conecta el asiento con el caño de descarga y vuelve a oprimir el botón. El agua circula creando un remolino que sube. Y se detiene. Una vez más. Con la paciencia rota, los pies y la mitad de las piernas empapados, comienza a hurgar en los tornillos y tuercas que sujetan las tapas de plástico negro al asiento. La pinza se zafa dos veces antes de tomar con acierto la cabeza hexagonal. Nicolás oprime, gira, insulta… y se golpea los nudillos contra la pared. La tuerca no se ha movido. El agua dentro del inodoro tampoco. Prueba con un destornillador. Palpando más que viendo, acierta la ranura del tornillo. Pero no consigue aplicar la fuerza correctamente. Está de pie, torciendo el cuerpo hacia abajo, apuntando la herramienta hacia arriba. Se necesita ser un contorsionista consumado para lograrlo. O recostarse en el piso. Y esta posibilidad no figura en los planes de Nicolás. El suelo esta lleno de agua que escurre lentamente hacia la rejilla. Allí donde se filtra dejando… bueno, dejando huellas que Nicolás reconoce como suyas sin necesidad de recurrir a banco genético alguno.</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Media hora le lleva desmontar las tapas. Diez minutos más para aflojar el tornillo de la derecha que une al inodoro con el suelo. Y menos de dos minutos para sacar el izquierdo. Entonces, por fin, Nicolás se planta como un Hércules gigantesco, se agacha, y toma con fuerza al monstruo blanco que hace gárgaras con agua servida y lo alza. De inmediato un chorro frío ataca sus pies y por uno costado otra carga amenaza abandonar el recipiente.</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Nicolás se da vuelta buscando donde arrojar aquellos contenidos nauseabundos. No lo ha pensado antes y siente, de repente, los intríngulis que deben afrontar los gobiernos cuando hablan de no saber dónde meter sus desechos tóxicos. Pero él tiene problemas más serios al parecer. El piso mojado le juega una mala pasada, pierde estabilidad y vuelca el inodoro hacia el rectángulo de la ducha. Y allí va todo. Todo. Sobre la alfombrita azul. Lo positivo es que ni él se ha caído (aunque se despelleja el codo derecho contra el mueble de las toallas) y tampoco se le ha caído el retrete. Si esto último hubiera pasado, Nicolás no tiene dudas, se habría reventado al medio como un huevo hueco. Recuperado el equilibrio, Nicolás deja el envase blanco casi vacío dentro del sector de ducha y se asoma al pozo negro que abre su boca redonda y misteriosa. Nada ve. Solo un oscuro agujero que se pierde insondable hacia vaya a saber qué dimensión. La conclusión es obvia. Lo que está tapado es el inodoro. Por suerte. ¿Por suerte?</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Toma el asiento y lo gira volcándolo. Un horripilante “blug” y a continuación un sonoro “splack” se dejan oír. Nicolás cierra los ojos tratando de que el contenido de su estómago no lo abandone.</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">Seguirá otra larga hora de una lucha cuyos escabrosos detalles Nicolás se</span><br /><span style="color: rgb(255, 204, 102);">llevará a la tumba. Al final, agotado, enchastrado, pero triunfador, celebrará íntimamente su victoria. Ha vencido a un monstruo. Ha vencido al monstruo del baño. Pero, una nueva ironía para su día, no puede compartir su triunfo con nadie. Mierda.</span>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-76959207265133574562010-06-07T14:46:00.010-03:002010-06-06T19:50:18.288-03:00MAGIA BRAVA<div style="text-align: center;"><span style="font-size:130%;"><a style="color: rgb(255, 102, 0); font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTF6yTZ9-UraXLVN0uz1q4mt0OZp5AksIn5gJHXXopi-QNXXx5mQDXaLwy6h5tEcyIEKyifz8wYU8Gp0rC23HWrWSf4vxdg3DBOXUvYNVkYYn91CBr75nR6jrWltK5oHhfxbIboB8Yd1A/s1600/Piruso010.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 372px; height: 246px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTF6yTZ9-UraXLVN0uz1q4mt0OZp5AksIn5gJHXXopi-QNXXx5mQDXaLwy6h5tEcyIEKyifz8wYU8Gp0rC23HWrWSf4vxdg3DBOXUvYNVkYYn91CBr75nR6jrWltK5oHhfxbIboB8Yd1A/s320/Piruso010.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5479727407271821794" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /></span><div style="text-align: left; font-family: georgia;"><span style="color: rgb(227, 108, 10);"><span style=";font-size:130%;" ><span style="color: rgb(255, 102, 0);"><br />Los argentino</span></span></span><span style="color: rgb(255, 102, 0);font-size:130%;" ><span style="">s no nos cansamos de exportar ta</span></span><span style="color: rgb(255, 102, 0);font-size:130%;" >lentos. Tenemos una cantera inagotable que es la envidia del planeta entero. Hace cien años, cuando la Patria cumplia su primer siglo de vida nos conocían como El Granero del Mundo. Hoy, una centuria más tarde, deberíamos ser llamados El Cerebro de la Tierra o Los Genios de la Galaxia. Si, señor. Es así.</span><br /></div></div><span style="color: rgb(227, 108, 10); font-family: georgia;font-family:georgia;" ><span style="font-size:130%;"></span></span><span style="font-family: georgia;font-family:georgia;" xmlns="" ><p style="font-family:georgia;"><span style="color: rgb(227, 108, 10);font-size:130%;" >¿De qué otra manera podría definirse a un país en el que un grupo de humildes muchachos se costea un pasaje aéreo hasta el sur del continente africano (más gastos de estadía, por supuesto) mediante la tan sencilla tarea de vender tortas caseras, armar rifas u organizar bailes? ¿Qué economista pensó jamás que en este lado del hemisferio hubiera gente con semejante capacidad de lucidez y con tanto poder de ahorro? Francamente, señores del FMI, les recomiendo quemar sus viejas recetas opresivas y darse una vuelta por acá un domingo cualquiera. Vénganse por la Boca, Rosario o Tigre… o por cualquier otro punto de nuestro generoso mapa que tenga una cancha de fútbol cerca. Ahí podrá consultar con estos verdaderos magos de las finanzas.<br /></span></p><p style="font-family:georgia;"><span style="color: rgb(227, 108, 10);font-size:130%;" >Lo mismo le aconsejo a quienes trabajan en marketing de empresas. Olvidénse de toda la sanata de la estrategia de ventas, de los apuntes releidos de la facultad y de los consejos metidos a fuerza de hipnosis por los asesores. ¡Basta de seminarios agotadores! ¡Pongan fin a las largas charlas de management! Hay que consultar con "El Gordo Capucha", con "Tres Tiros", con "Dedo de Fierro". Ellos poseen la sabiduría y la muestran semana a semana en nuestro humilde ámbito doméstico. Se costean viajecitos a Córdoba o Mar del Plata. De vez en cuando pegan el salto a Brasil o Colombia… Y cada cuatro años, extienden sus horizontes hasta Italia, Corea, Japón, Alemania o Sudáfrica. Todo gracias a la venta de humildes bizcochuelos de vainilla.<br /></span></p><p style="font-family:georgia;"><span style="color: rgb(227, 108, 10);font-size:130%;" >Por supuesto que la representación que asumen en el exterior siempre es prolija. Ropa oficial de la delegación que acompañan, bolsos oficiales, pasajes y pasaportes impecables. ¿Antecedentes? ¿Prontuarios? ¿Pedidos de captura? ¿Causas por lesiones? ¡Por favor!<br /></span></p><p style="font-family:georgia;"><span style="color: rgb(227, 108, 10);font-size:130%;" > ¿Cómo dice? Ah, que un amigo suyo no pudo salir del país porque en el pasaporte su apellido estaba escrito con acento y en el DNI no. Bueno, mala suerte. Estas cosas no le pasan a los elegidos. Elegidos, por el destino, se entiende. Ellos siempre tienen el respaldo justo.<br /></span></p><p style="font-family:georgia;"><span style="color: rgb(227, 108, 10);font-size:130%;" >Por eso, mientras muchos despotrican contra el viaje de nuestros bravos embajadores hacia Sudáfrica para alentar a Argentina en el Mundial, lo que hay que rescatar es el esfuerzo realizado por cada uno de ellos para ahorrar las moneditas necesarias hasta juntar los dos mil dólares del pasaje aéreo en un vuelo de línea y la habilidad demostrada para recaudar otros quince mil billetes verdes que sirvan para movilizarse en aquellas tierras lejanas.<br /></span></p><p style="font-family:georgia;"><span style="color: rgb(227, 108, 10);font-size:130%;" >Solo cuando hayamos valorado esto, podremos inflar nuestros pechos de orgullo al ver las imágenes que nos muestren a estos economistas consumados, a estos genios del ahorro, a estos dioses de la sobriedad y el gasto justo, parados sobre los para-avalanchas sudafricanos, con el torso desnudo, aferrados a la bandera celeste y blanca con la derecha mientras la izquierda se esgrime desafiante entonando las estrofas de un "Oooooh, Nigeria sos botón, sos botón, sos botón…"</span></p></span>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5798674021351872436.post-85492422685445059222010-06-07T14:38:00.003-03:002010-06-06T20:06:43.265-03:00¿A usted nunca le pasó?: La boleta<span xmlns=""><p><br /></p><p style="color: rgb(204, 102, 0);"> <span style="color: rgb(51, 255, 51);font-size:130%;" >Julián se despertó aquel día como todos los días. Se duchó, desayunó, consultó la agenda donde prolijamente anotaba sus compromisos diarios… y descubrió que vencía la cuenta del celular. ¿Y dónde estaba la boleta? La buscó debajo del elefantito de cerámica que presidía la angosta vitrina donde el helecho se despeñaba como un flequillo verde mal peinado y no la encontró. Claro, no había llegado.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">Su siguiente acción fue consultar con atención al cliente para averiguar por qué no le habían enviado la cuenta. Tras varios minutos de marcar números dictados por una voz electrónica se rindió. Apuró el ya frío café que se había servido y salió a la calle. Mientras iba hacia la parada del colectivo llamó a la oficina avisando que llegaría un poco más tarde.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">Se bajó en Corrientes y caminó dos cuadras. Topó con el edificio dónde había comprado su aparato y lo encontró cerrado. Ni siquiera el gigantesco logo de la empresa estaba esperándolo. "¿Y ahora, para dónde?". Se sintió tentado a volver a llamar a la línea de consulta, pero desistió. A una cuadra de allí estaba la sede de la empresa telefónica central, una de cuyas ramas era la de telefonía móvil que Julián tenía contratada. Bajó el frió cartel de "Informes" una desganada muchacha le informó que la oficina que buscaba se había mudado a Santa Fe y Callao.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">Julián salió a Corrientes sin una decisión tomada. Tras reflexionar un par de minutos optó por dirigirse a la dirección señalada. Era el día de vencimiento y estaba seguro que le cortarían el servicio si no pagaba puntualmente. Y si no lo hacían, lo más probable era que le cobrarían por la mora en el pago. ¡Nada más injusto! ¡Si él siempre pagaba puntualmente! ¿Por qué iba a tener que hacerse cargo de una multa cuando, en realidad, era la empresa quién estaba en falta al no enviarle la factura en término? El enojo le sirvió de combustible para caminar la veintena de cuadras que lo separaban de su nuevo destino.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">Cuando llegó se encontró con un enorme local profusamente iluminado. Seis chicas estaban paradas en medio del hall de recepción interceptando a quienes entraban. Llevaban unas modernas palm sobre las que picoteaban con un delgado punzón vaya a saber qué datos. La que habló con Julián tenía el pelo corto (como las demás) y llevaba una sacó celeste sobre la camisa azul oscuro (como las demás). Le preguntó por el motivo de la visita y por el numero de línea. Si, ahí se podía pagar la factura sin problemas, informó. "Pero solo pago exacto", agregó levantando la vista de la pequeña pantalla que sostenía en sus manos. Julián, a quien la caminata había apaciguado un poco, sintió de nuevo que el objetivo que perseguía se le escapaba otra vez. La chica señaló una hilera de cajeros automáticos dispuestos contra una pared. "¿Tiene telecódigo? Si no lo tiene vaya hasta uno de los teléfonos de allá –señaló la pared de enfrente- y sin marcar ningún número dígale al operador el número de su celular para que…" Julián decidió cortar el chorro de instrucciones. "¿No hay un cajero-persona?", preguntó con una mezcla de enfado y desaliento. La chica pareció sorprenderse. ¿De dónde salía este dinosaurio que se negaba a utilizar máquinas para hablar y pagar? "Le pueden cobrar con tarjeta de débito o de crédito en el primer piso" y señaló una escalera mecánica que subía al fondo de la enorme recepción.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">Mientras se encaminaba a ella su celular sonó. Tenía un mensaje. Era de la empresa de telefonía. "Para pagar su factura con tarjeta de crédito o de débito espere en la recepción del primer piso y lo llamaremos", informaba. Julián miró hacia todos lados cruzado por una brisa de paranoia.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">En la planta superior había dos enormes pantallas de plasma. Una tenía sintonizado un canal de noticias apuntando hacia una veintena de sillas vacías. La otra mostraba nombres y apellidos y números. Julián observó que eran los clientes y el destino que cada uno tenía. Una pequeño ejército de empleados atendían en unas mesas de cristal pequeñas distribuidas en derredor del hueco de escalera.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">Su nombre apareció de improviso en la pantalla junto al número 38. Ni se había movido cuando de nuevo su teléfono le informó que tenía un mensaje. Julián no se sorprendió al comprobar que el nuevo texto le indicaba que debía acercarse hasta el escritorio numero 38. Para entonces su paranoia había mutado al fastidio. "No me mandan la factura y, encima, me tratan como un opa", rugió interiormente.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">Del otro lado de la mesa 38 había una joven que lo recibió con una módica sonrisa y una bienvenida igual de sucinta. "Buenos días, soy Vanessa, ¿en qué puedo ayudarlo?" Julián explicó el motivo de su presencia sin obviar el reclamo por la boleta que no llegó a tiempo, la travesía de dos kilómetros que le había insumido cuarenta minutos y los problemas en el trabajo que todo aquello le acarrearía. Vanessa movió el mouse inalámbrico, tecleó sobre el teclado inalámbrico y sin apartar la vista de su pantalla comentó que la factura se podía pagar "on line". Julián, mientras trataba de acomodarse en el alto y mínimo taburete replicó que él era un hombre "de papel", que le gustaba tener los comprobantes de pago. Vanessa asintió sin mucho interés. Pidió la tarjeta y un documento, cargó datos en la computadora, pulsó varios "enter" y devolvió ambas cosas a Julián. "¿Algo más?", preguntó mostrando, por segunda vez, la sonrisa modesta. "¿No me vas a dar un recibo?" ,aventuró Julián sabiendo de antemano la respuesta. "No, pero si quiere puede imprimir la factura ubicándola en nuestra página, doble ve doble ve doble ve…" Julián abandonó el taburete donde apenas si había podido posar medio cachete y se despidió de Vanessa. Mientras iba hacia la escalera mecánica aguardó a que su celular sonase otra vez mostrando un nuevo mensaje de texto que anunciara, quizás "Su pago ya está registrado" o "Vanessa le desea buenos días". Pero no.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">En la planta baja atravesó al grupo de chicas-palm que seguían hablando con los clientes sin alzar la cabeza de sus pantallas y salió a la calle. Miró a ambos lados y eligió la izquierda. Camino tres cuadras, dobló, avanzó dos cuadras más, volvió a doblar… Por fin encontró lo que buscaba en una esquina: un bar cargado de madera, con los ventanales cubiertos de letras fileteadas rellenas de colores, con un mostrador enorme en el que un mozo desganado se recostaba mientras hablaba con el hombre grueso que se encontraba detrás de la registradora igualmente gruesa. Pidió un café con dos medialunas. Le trajeron un pocillo minúsculo, dos facturas escuálidas y un vaso de soda de poca transparencia. Julián sonrió satisfecho. Aquel era un lugar terrenal. Un lugar para él. Lejos de teclas, voces electrónicas y mensajes de texto.<br /></span></p><p style="color: rgb(51, 255, 51);"><span style="font-size:130%;">Cuando salía del bar, el celular volvió a repiquetear en su bolsillo. Era su jefe. "¿Vas a venir?", preguntaba escuetamente el mensaje. Julián no sabía si aquellas tres palabras significaban que lo necesitaban para algo importante o si estaban preocupados por él o si (simplemente) eran una amenaza encubierta.<br /></span></p><p><span style="color:black;"><span style="color: rgb(51, 255, 51);font-size:130%;" >A la noche, cuando volvió a su casa, encontró que la habían pasado la boleta del celular por debajo de la puerta.</span><br /></span></p></span>Mate con cremonahttp://www.blogger.com/profile/00011041447174519560noreply@blogger.com3